Desde su estreno en 2013, Frozen se convirtió en un fenómeno mundial, consolidando a Elsa, Anna y Olaf como algunos de los personajes más queridos de Disney. Su secuela, Frozen 2, continuó con la historia de las hermanas de Arendelle y su vínculo con la magia, llevando a los protagonistas en una nueva aventura llena de peligros y descubrimientos. Sin embargo, hubo una escena en particular que fue eliminada antes del estreno porque resultaba demasiado perturbadora para los niños.
Olaf, el carismático muñeco de nieve con una personalidad ingenua y optimista, ha sido una figura divisiva entre los fans de la franquicia. Mientras algunos lo consideran adorable y divertido, otros lo encuentran excesivamente hablador y, en algunos casos, incluso irritante. Pero independientemente de las opiniones, Olaf es una pieza clave en el universo de Frozen. Lo que pocos saben es que su destino en Frozen 2 fue originalmente mucho más cruel y desgarrador del que vimos en la versión final de la película.

Olaf casi tuvo un destino aterrador en ‘Frozen 2’ y así era la escena eliminada
La historia de Frozen 2 sigue a Elsa en su intento por descubrir el origen de su magia y restaurar el equilibrio en el bosque encantado. En su búsqueda, junto con Anna, se encuentra con la verdad sobre el conflicto entre Ahtohallan y los Northuldran, lo que la lleva a un enfrentamiento con la historia de su reino. Este descubrimiento la deja congelada, lo que provoca que Olaf desaparezca por completo, desintegrándose en el aire y dejando a Anna desconsolada. Aunque este momento ya es lo suficientemente impactante en la película, la versión original era aún más estremecedora.
Según el actor Josh Gad, quien da voz a Olaf en la versión original, la primera versión de la escena mostraba al muñeco de nieve descomponiéndose de manera mucho más gráfica y dolorosa. En su autobiografía In Gad We Trust, el actor recuerda que durante la grabación de la escena no pudo contener las lágrimas. "No podía grabarla sin sollozar", escribió Gad, según Entertainment Weekly. "Las primeras grabaciones fueron brutales, y sentí que estábamos haciendo algo que iba a tener un impacto enorme".

El impacto fue, en efecto, devastador. Cuando la versión preliminar de Frozen 2 fue presentada a un grupo de prueba, la reacción fue un desastre. Según Gad, la directora Jennifer Lee le confesó que, aunque los adultos encontraron la escena conmovedora, los niños quedaron "muy confundidos y muy, muy tristes". La intensidad del momento generó llantos, gritos y una angustia generalizada en la audiencia infantil, lo que llevó a los creadores a reconsiderar el tono de la escena.
Para evitar un impacto emocional tan negativo en los niños, Disney decidió reescribir la escena. En la versión final, Olaf aún desaparece, pero su disolución es más pacífica y menos traumática para Anna. Además, la película suavizó el golpe al traer de vuelta al personaje más adelante, lo que permitió un cierre más reconfortante para el público infantil. Así, Frozen 2 logró mantener su esencia mágica sin dejar de lado los momentos emotivos, pero evitando un trauma innecesario para su público más joven.