Aunque a menudo las secuelas prometen seguir la historia de un éxito anterior, no siempre logran capturar la magia que hizo tan especial a la primera entrega. Muchas veces, las expectativas del público son tan altas que resulta casi imposible superarlas. Películas como Jurassic Park: El mundo perdido, El Exorcista: Creyentes, Los Cazafantasmas 2 y Guasón 2: Folie à Deux son ejemplos de cómo una segunda parte puede opacar todo el trabajo que ya se hizo anteriormente.
En muchos casos, la decisión de hacer una secuela no siempre está motivada por el deseo de contar una historia nueva y creativa. Los estudios, al ver el éxito de una película, pueden optar por hacer otra entrega con el objetivo de generar más ingresos, sin considerar si en realidad hay algo más que aportar. Cuando esto ocurre, la visión de los directores y la esencia del material original terminan comprometiéndose, con historias que se sientan vacías.
Por suerte, algunos como Steven Spielberg, han logrado que sus obras se mantengan intactas. A pesar de las múltiples presiones por extender E.T., el extraterrestre, el aclamado cineasta hizo todo lo posible para evitar que sucediera una masacre con su obra. Así lo reveló en una entrevista reciente que tuvo lugar en el TCM Classic Film Festival, donde compartió escenario junto a Drew Barrymore, quien dio vida a la pequeña Gertie cuando tenía siete años.
Según palabras de Spielberg, el luchó ferozmente para que ninguna secuela de su película viera la luz. La batalla le haría darse cuenta de la necesidad de proteger sus cintas a toda costa y de prestar atención a la letra pequeña de los contratos, en especial, en la sección de derechos de autor. "Fue una victoria muy reñida porque no tenía derechos. No tenía el poder de impedir que un estudio hiciera una secuela o bloquear la posibilidad de secuelas, remakes u otros usos de la entidad", explicó el también director de Jurassic Park sobre cómo no era consciente de la importancia de este tema.
Sobre una segunda parte de E.T., el extraterrestre, Spielberg mencionó que aunque no quería hacer una secuela, consideró esta opción antes de desecharla por completo. "Jugué con la idea por un tiempo, sólo para ver si se me ocurría una historia", dijo el cineasta. "Lo único que se me ocurrió fue un libro escrito por otra persona", contó Spielberg sobre cómo la segunda parte habría estado basada en "The Green Planet" y tendría lugar en el planeta del tierno alienígena.
Al final de cuentas, Spielberg pensó que la idea se adaptaba mejor en una novela que en la gran pantalla. Lo cierto es que una segunda parte de E.T., el extraterrestre no sería una buena idea. La magia de la película original reside en su carácter nostálgico, y transportarla al presente, con todo y los efectos especiales actuales y el CGI, podría arruinar una historia que ya es espectacular.