El estreno de la película francesa Emilia Pérez en México, incluyendo las salas de Cinépolis y Cinemex, generó expectativas, pero también una fuerte controversia por su representación cultural y narrativa. En medio de este panorama, el cortometraje musical Johanne Sacreblu se convirtió rápidamente en un fenómeno viral, eclipsando a la producción de Jacques Audiard en popularidad, recepción y aceptación entre el público mexicano.
Johanne Sacreblu, dirigido por la mexicana Camila D. Aurora, es una sátira que responde con ingenio hacia el retrato que Emilia Pérez hace de México. En tan solo 48 horas, el cortometraje acumuló más de 800 mil visualizaciones en YouTube, ganándose tanto el elogio del público como críticas humorísticas sobre su irreverente parodia de los estereotipos franceses. La trama sigue a Johanne, una mujer trans originaria del ficticio pueblo francés Villa Croissant, donde las disputas familiares por la producción de baguettes son el eje central de la comedia.
Camila D. Aurora (YouTube)
¿Cómo un cortometraje mexicano opacó a una película francesa?
El cortometraje mezcla humor, sátira y música para devolver el golpe a lo que muchos consideraron una representación superficial de México en Emilia Pérez. Frases icónicas como “Qué elegancia la de Francia” y referencias al futbolista Kylian Mbappé se entrelazan con escenas caricaturescas de boinas, bigotes y croissants, conectando de forma efectiva con el público mexicano.
En contraste, la película protagonizada por Karla Sofia Gascón, Zoe Saldana y Selena Gomez no logró cumplir con las expectativas en taquilla ni ganarse el favor del público mexicano. Con una recaudación de 1,5 millones de pesos en su primer día y 20 mil espectadores, quedó rezagada frente a otros filmes como el relanzamiento de Interestelar o el estreno de Hombre Lobo. A pesar de su elenco internacional y sus 13 nominaciones al Oscar, la cinta fue criticada por su enfoque en temas como el narcotráfico y la identidad de género, sin profundidad ni autenticidad cultural.
France 2 Cinéma
Camila Aurora, creadora de Johanne Sacreblu, organizó el proyecto a través de TikTok, escribiendo y produciendo el guion con ayuda de su comunidad en solo una semana. Este proceso colaborativo resultó en una obra que muchos calificaron como una respuesta brillante a la narrativa de Audiard. Frases cargadas de ironía, como “Viva el 20 de marzo. Viva los pasteles”, resuenan con el humor mexicano, mientras que las críticas hacia los clichés franceses generan empatía y carcajadas en igual medida.
La viralización del cortometraje no solo refleja el ingenio de su creadora, sino también el descontento del público con Emilia Pérez. Usuarios de redes sociales han aplaudido a Johanne Sacreblu como una muestra de creatividad y humor que resalta las carencias de la producción francesa, mientras destacan el talento mexicano. Comentarios como “Es la mejor representación de Francia” o “Qué manera de regresar el insulto” son prueba del impacto positivo del proyecto.
