Las películas de acción se han convertido en un pilar fundamental de muchos servicios de streaming en los últimos años. Desde recuperar los clásicos de veteranos como Jean-Claude Van Damme y Jason Statham hasta propuestas frescas como Equipaje de mano y Rebel Ridge, el género ha encontrado una sólida base de seguidores. En este contexto, esta nueva película surge como una opción apasionante para quienes buscan emociones intensas, inaugurando un nuevo año de producciones cargadas de adrenalina.
Netflix, consolidada como una plataforma clave para los amantes del género, ha incluido en su catálogo Ad Vitam, una película francesa que ha comenzado a generar comparaciones con clásicos modernos como Taken, protagonizada por Liam Neeson. Estrenada el pasado 10 de enero, esta frenética historia superó rápidamente a títulos populares como La vida secreta de tus mascotas 2 y Minions: Nace un villano, posicionándose como la película número uno en varios mercados.
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Guillaume Canet brilla en un thriller que desafía a los gigantes del cine de acción
Bajo la dirección de Rodolphe Lauga y con Guillaume Canet en el papel principal, Ad Vitam presenta una trama intensa y llena de giros inesperados. Canet interpreta a Franck, un hombre común que, tras sobrevivir a un intento de asesinato, se ve forzado a embarcarse en una carrera contra el tiempo para rescatar a su esposa, secuestrada por un grupo armado relacionado con su pasado como miembro de una unidad de élite de intervención francesa. La narrativa, aunque no del todo original, evoca el estilo cargado de adrenalina de la saga Misión: Imposible, protagonizada por Tom Cruise.
Uno de los puntos más destacados de la película son sus espectaculares secuencias de persecuciones, que combinan transiciones entre automóvil, motocicleta y parapente. Estas escenas, dinámicas y emocionantes, logran capturar la atención del espectador, ofreciendo momentos de pura adrenalina. Sin embargo, a pesar de su ejecución sólida, estas secuencias no logran posicionar al filme como un visionario en el género, ya que carecen de innovación y se limitan a cumplir con las expectativas básicas de una película de acción.
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Con una duración de 96 minutos, Ad Vitam intenta equilibrar varios elementos: montajes de entrenamiento casi heroicos, intrigas gubernamentales, un villano implacable interpretado por Johan Heldenbergh, y secuencias de acción cargadas de tensión. Aunque estos componentes son visualmente atractivos, la narrativa peca de abarcar demasiado en muy poco tiempo, lo que diluye el impacto emocional y narrativo. Además, el uso de monumentos turísticos como telón de fondo parece más un recurso comercial que una herramienta narrativa.
A pesar de sus debilidades, la película logra ofrecer momentos de entretenimiento gracias a la dirección enérgica de Lauga, cuyo estilo visual refleja su experiencia como operador de steadicam. Sin embargo, Ad Vitam se siente como un híbrido inconcluso, atrapado entre el thriller policiaco clásico y el espectáculo de acción característico de franquicias como xXx de Vin Diesel. Aunque cumple con el objetivo de entretener, no logra fusionar sus elementos de manera orgánica, dejando la sensación de un proyecto con potencial desaprovechado.
