Stanley Kubrick dirigió solo 13 largometrajes en sus 46 años de carrera, pero su legado en el cine es indiscutible. Conocido por su perfeccionismo extremo, Kubrick llevó tanto a sus actores como a sus producciones al límite, creando obras maestras como Barry Lyndon, El resplandor y 2001: Una odisea del espacio. Su meticulosidad, preparación y obsesión por el detalle no dejaba nada al azar, convirtiendo cada plano en una obra de arte cuidadosamente diseñada.
Aunque sus películas están cargadas de una atmósfera única y escrupulosa, las obras que inspiraron a Kubrick reflejan una variedad inesperada. En su lista de favoritos figuran grandes cineastas como Ingmar Bergman, Max Ophüls, Andrei Tarkovski y Akira Kurosawa, pero también algunas selecciones más sorprendentes. Estas influencias muestran un lado menos conocido del director, revelando su apertura a diversos géneros.
El oscuro musical que fascinó a Stanley Kubrick
Entre las elecciones más inesperadas de Kubrick destaca su aprecio por Mary Poppins, que afirmó haber visto tres veces. También admiraba películas de terror como Un hombre lobo americano en Londres y la comedia deportiva de los años noventa titulada Los blancos no saben saltar. Además, tenía tal estima por las comedias de Steve Martin al grado de considerarlo para el papel principal en Ojos bien cerrados, antes de decantarse por Tom Cruise.
Entre todas las películas que admiraba, una destaca por encima del resto. Según la biografía escrita por John Baxter, Kubrick calificó el musical de 1979, All That Jazz, como “la mejor película que he visto en mi vida”. Dirigida por Bob Fosse, la película mezcla espectáculo y drama para explorar las experiencias personales del propio Fosse en el mundo del entretenimiento.
A primera vista, All That Jazz podría parecer una elección atípica para Kubrick. Aunque la música es esencial en su cine, sus películas rara vez presentan elementos exuberantes como el canto y el baile. Además, el estilo caótico y brillante de Fosse contrasta radicalmente con la precisión geométrica de las composiciones de Kubrick. Sin embargo, detrás del espectáculo visual de All That Jazz yace una narrativa oscura y compleja que quizá resonó profundamente en el director neoyorquino.
La película sigue al coreógrafo y director Joe Gideon, interpretado por Roy Scheider, mientras enfrenta los conflictos de su vida profesional y personal. Con la participación de personajes como su exesposa Audrey y su amante Angelique, la historia refleja las tensiones de un artista atrapado en un ciclo de estrés y autodestrucción. Este retrato crudo y desgarrador de un creador en crisis pudo haber cautivado a Kubrick, dado su propio perfeccionismo y dedicación al arte.
All That Jazz, a pesar de su deslumbrante presentación, no es un musical tradicional. Al igual que Cabaret, otra obra destacada de Fosse, aborda temas oscuros y universales, pero nunca alcanzó el mismo reconocimiento. Quizá Kubrick valoraba precisamente esa cualidad: una obra deslumbrante pero críptica, cargada de ironía y profundidad emocional.