Nosferatu de Robert Eggers nos está ofreciendo una reinterpretación escalofriante del clásico vampiro Conde Orlok, interpretado por Bill Skarsgård, a quien previamente conocimos por su papel como Pennywise en It. Sin embargo, en esta producción el actor está irreconocible, ya que tras someterse a un proceso de transformación que demandó un impresionante esfuerzo de maquillaje y caracterización, recreó a uno de los vampiros más impresionantes del cine.
En una entrevista con Variety, David White, diseñador de efectos de maquillaje protésico para Nosferatu, reveló que se necesitaron hasta seis horas y 62 piezas protésicas para dar vida al Conde Orlok. “El tiempo que Bill pasaba en la silla oscilaba entre cuatro horas y media con sólo la cabeza y las manos, y seis horas si tenía prótesis de cuerpo completo. Quitar la prótesis tomó aproximadamente 45 minutos… Para la prótesis de cuerpo completo de Orlok, hay 62 piezas fenomenales que requieren un equipo de seis personas para aplicarlas”, explicó.
El intenso proceso de transformación dejó una marca en Skarsgård, ya que en declaraciones a Empire, el actor confesó que el final del rodaje fue un alivio. “Cuando terminamos, pensé: 'No quiero volver a interpretar algo tan malvado. No quiero volver a usar prótesis nunca más'. Realmente me afectó. Orlok es un hechicero oculto, y eso me afectó en términos de simplemente tratar de habitar ese espacio”, detalló.
Para complementar su terrorífica apariencia, Skarsgård también trabajó con un cantante de ópera para desarrollar la voz del vampiro, y explicó que la voz fue en lo que más trabajó. "Durante un mes y medio antes de filmar, no hice mucho más que grabarme. Y en el set seguí haciendo estos ejercicios. Suena un poco como el canto de garganta de Mongolia. Es una locura”, explicó el actor.
Así, el compromiso y esfuerzo puestos en Nosferatu reafirman a Robert Eggers como un maestro en la dirección de terror, y que con una mezcla de tecnología de maquillaje avanzada y actuaciones intensamente dedicadas, promete traernos una de las más icónicas adaptaciones de todos los tiempos.
En la trama, la película está ambientada en el siglo XIX en Alemania y sigue al rico y misterioso Conde Orlok (Bill Skarsgård) quien en busca de un nuevo hogar, conoce al vendedor de bienes raíces Thomas Hutter (Nicholas Hoult), quien se encarga de realizar los negocios y luego viaja lejos de su hogar para continuar con la burocracia de la nueva propiedad del noble. Pero lo que Thomas no esperaba era encontrar el mal encarnado en un ambiente que llegó a despertar problemas legales en el mundo real por su similitud con Drácula de Bram Stoker. ¡No te la pierdas!