Goku, el legendario guerrero saiyajin que ha salvado la Tierra innumerables veces, es conocido por su resistencia, constante superación y gran optimismo infinito. Sin embargo, existe una línea temporal en el multiverso de Dragon Ball en la que Goku no tiene un final glorioso en batalla, sino que muere prematuramente debido a una enfermedad cardíaca.
En esta línea temporal, Goku no sucumbe ante un enemigo poderoso, sino que su vida es arrebatada por una enfermedad. A primera vista, este desafortunado desenlace puede parecer un giro aleatorio del destino, pero los eventos tienen una explicación científica y narrativa dentro de la historia.
Todo comienza tras la victoria de Goku contra Freezer en el planeta Namek. En su viaje de regreso a la Tierra, Goku pasa más de dos meses en una pequeña cápsula espacial de pocos pies de ancho. Durante este período, incapaz de realizar las intensas rutinas de entrenamiento a las que estaba acostumbrado, su cuerpo experimenta cambios significativos debido a la inactividad y los efectos prolongados de estar en el espacio.
Toei Animation
Los viajes espaciales prolongados tienen un impacto físico severo en los humanos, y aparentemente también en los Saiyans. La pérdida de densidad ósea, cambios en la presión arterial y deterioro de la salud general pueden contribuir a enfermedades crónicas. Cuando Goku finalmente regresa a la Tierra, su energía y salud se han visto gravemente comprometidas.
La historia divide su enfoque en dos líneas temporales paralelas. En una, Trunks del Futuro advierte a Goku sobre la enfermedad cardíaca que amenaza su vida. Gracias a esta información, Goku toma medidas preventivas, entrena rigurosamente y logra sobrevivir lo suficiente como para enfrentarse a los androides del Dr. Gero.
En la otra línea temporal, Goku no recibe la advertencia. Exhausto tras la batalla en Namek, opta por descansar durante su viaje espacial. Esta complacencia permite que la enfermedad avance sin control, debilitándolo hasta el punto de no poder luchar contra los androides que aparecen posteriormente.
La muerte de Goku en esta línea temporal sirve como un recordatorio sombrío de que incluso los guerreros más fuertes pueden sucumbir si no cuidan de su salud. Además, es una advertencia sobre las consecuencias del descuido y la complacencia, incluso para alguien tan poderoso como un Saiyan.
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Por otro lado, esta historia también subraya la importancia de la intervención oportuna y del trabajo constante para superar los desafíos. En la línea donde Goku toma la precaución de entrenar y proteger su salud, sobrevive y demuestra que la disciplina puede cambiar el destino.
Trunks es una pieza clave en esta narrativa. Al viajar al pasado para alertar a Goku, no solo lo salva, sino que altera fundamentalmente el curso de los eventos. Sin su intervención, Goku habría fallecido antes de enfrentar a los androides, dejando a la Tierra vulnerable.
Sin embargo, su intervención también sirve como un ejemplo de los peligros de interferir en el tiempo. La tragedia en la línea alterna ilustra las repercusiones que surgen cuando un evento aparentemente menor, como un periodo de inactividad, desencadena resultados catastróficos.
La muerte de Goku por una enfermedad cardíaca no solo resalta su mortalidad, sino que también lo humaniza. Aunque es un guerrero legendario con habilidades sobrehumanas, sigue siendo vulnerable a los desafíos de la vida cotidiana. Esta línea temporal también reafirma que incluso los más fuertes deben prestar atención a su bienestar físico y mental.
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La línea temporal en la que Goku muere por enfermedad cardíaca es una de las más trágicas del multiverso de Dragon Ball y su mensaje es claro: la disciplina y el cuidado personal son esenciales, incluso para un guerrero saiyajin. Este capítulo también subraya la complejidad narrativa de Akira Toriyama, quien utiliza esta tragedia como un recordatorio de la fragilidad inherente a todos los seres, incluso los que parecen invencibles.
