Hablar de los sentimientos complejos nunca es fácil y en el mundo del cine hemos tenido una gran cantidad de películas que lo ejemplifican. La mejor de todas quizá sea Historia de un matrimonio, ya que durante la pelea de Adam Driver con Scarlett Johanson vemos que ambos pierden el control por completo, y eso los lleva a decir muchas cosas que aunque en realidad sí sintieron y pensaron, no expresaron de la mejor forma.
Así es que para salir avante de estas situaciones de estrés, ya sea con tu familia, pareja, amigos, compañeros del trabajo o seres queridos, la psicología tiene una serie de frases que pueden ayudarte a superar la incomodidad de la indecisión, la frustración y la tristeza, y te las mostraremos a continuación.
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"Me dolió"
Si alguien te hiere, es importante reconocer y expresar tu emoción en lugar de ignorarla. Responder con "no es gran cosa" minimiza tus sentimientos y no permite establecer límites claros. En cambio, decir "me dolió" valida tu experiencia emocional y ayuda a la otra persona a comprender tus necesidades sin culpabilizarla.
Por eso, el uso de la primera persona también es clave. En lugar de culpar a los demás, comparte cómo te sientes y lo que experimentas con frases como: “Me siento herido porque esto significó mucho para mí”. Esto evita acusaciones y abre la puerta a un diálogo constructivo, además de permitirte conocerte a una mayor profundidad.
"No quiero hablar de eso ahora"
Como no siempre estamos listos para hablar sobre nuestros sentimientos, es válido tomarse un tiempo para reflexionar antes de abrirse con alguien. Sin embargo, es importante dejar claro que esta pausa no es un rechazo definitivo, sino una oportunidad para prepararse emocionalmente. Por ejemplo: “No me siento cómodo hablando de esto ahora, pero podríamos retomarlo más adelante”.
"Tuve un día difícil"
Admitir que estás teniendo un mal momento no solo es honesto, sino que también facilita el apoyo de quienes te rodean. Una frase como “Tuve un día difícil” puede invitar a otros a ofrecer ayuda o comprensión. Si necesitas algo específico, no dudes en agregar: “¿Podríamos hablar un poco de eso?”.
"Me siento así"
Identificar y comunicar tus emociones con claridad es una de las principales características de la inteligencia emocional. Esta capacidad, conocida como “granularidad emocional”, permite un mejor manejo del estrés y las relaciones interpersonales. Por ejemplo, puedes decir: “Me siento frustrado porque no logro comunicarme contigo como quisiera”. Reconocer estas emociones también ayuda a liberar tensión acumulada.
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¿Pero por qué decimos que estamos bien cuando en realidad no es así?
Según la psicóloga Isabelle Lanser, este tipo de frases suelen usarse por comodidad o miedo al rechazo. Puede ser porque el entorno no parece propicio o porque no confiamos lo suficiente en la otra persona. Además, la presión social y el exceso de positividad tóxica nos empujan a aparentar bienestar incluso cuando no lo sentimos.
Sin embargo, este enfoque conlleva consecuencias negativas. Permanecer en silencio no evita el rechazo, pero sí fomenta el aislamiento. Hablar de lo que sentimos puede ser difícil, pero suele sorprendernos el apoyo que podemos recibir al abrirnos con los demás.
Forzar una actitud positiva puede dañar tanto la salud mental como las relaciones interpersonales. Reprimir emociones aumenta el estrés, la ansiedad y hasta puede afectar la salud física. Por eso, como dice Becky Diamond en Psychology Today, hablar de nuestras experiencias negativas requiere valentía, pero es esencial para el bienestar emocional.
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Sustituir un “todo está bien” por frases más auténticas fortalece las relaciones y fomenta una comunicación más saludable. Así, no solo cuidas de ti mismo, sino también ayudas a quienes te rodean a comprenderte y apoyarte mejor. La salud emocional comienza al dar el primer paso hacia una expresión honesta.
