Es bien sabido que la gran mayoría de las segundas entregas no son tan buenas como las originales. Aunque hay excepciones como Terminator 2: El juicio final, El padrino 2 y El señor de los anillos: Las dos torres, que incluso encantaron al público incluso más que las primeras películas, hay decenas de ejemplos de secuelas que no han sido del todo bien recibidas, donde se encuentran Chicas pesadas 2 y El exorcista: Creyentes.
Aunque no debería de pasar, algo peculiar sucede con algunas películas de culto que terminan lanzando secuelas completamente desconocidas para el público. Pocos saben que clásicos del cine como Psicópata americano, El bebé de Rosemary, Donnie Darko y Crueles intenciones son algunas de las cintas que han tenido segundas partes de las que nadie recuerda porque son verdaderamente malas y no pasaron la prueba del tiempo.
Lo cierto es que, sin importar cuánto se esfuercen, estas obras cinematográficas son difíciles de ser superadas por una segunda parte. Así ocurrió con la continuación de una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine cuya secuela pasó completamente desapercibida. Sin embargo, para los cinéfilos más exquisitos, esta es una cinta imperdible, que vale la pena ver luego de la la primera entrega.
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2010: El año que hicimos contacto es la secuela que se atrevió a continuar el clásico imprescindible de Stanley Kubrick, considerada una de las mayores películas de ciencia ficción de la historia, en ocasiones la más grande e influyente. Era una tarea titánica, pero Peter Hyams buscaba hacer una película diferente y sorprendente. Esta cinta protagonizada por Roy Scheider y Helen Mirren cumple 40 años desde su estreno en cines y se puede alquilar por Apple TV+.
Prime Video
La cinta de Stanley Kubrick continuó con 2010: El año que hicimos contacto y narra una expedición espacial que tiene el propósito de encontrar un astronauta que desapareció en 2001. Ubicada en la Guerra Fría, en la cinta se establece que el conflicto está llevando a la humanidad al borde de una catástrofe nuclear con Estados Unidos y la Unión Soviética en medio del problema. Han pasado unos años desde que el Discovery realizó su misión hacia el monolito en Júpiter. Ahora, los rusos y los americanos tendrán que unir otra expedición para una nueva misión que explique que es lo que ocurrió en el viaje del 2001.
