El Grinch es uno de los personajes más famosos de la Navidad, cuya historia se convirtió en un clásico junto a Mi pobre angelito y El expreso polar. El ser verde y peludo es recordado por intentar arruinar las festividades robando regalos y pinos decorados, sin embargo, al encontrarse con una pequeña niña de sentimientos puros, su vida cambió y por fin entendió el verdadero significado de la celebración.
Durante años, se ha visto al Grinch como un villano, y aunque en la mayoría de los relatos presentados en la pantalla ha sido así, al menos en la versión protagonizada por Jim Carrey, muchos fans piensan que la criatura no es el verdadero antagonista de la historia. De acuerdo con un artículo publicado por The Joritan, el ser creado por Dr. Seuss no sería tan malo como todos los recuerdan.
Para empezar, una de las quejas importantes expresadas por el Grinch se refiere al ruido que proviene de Villa Quién. Cualquiera que tenga un vecino que provoque escándalo tendría el derecho a pedirle que baje el volumen de la música. Después de todo, ciertos ruidos pueden provocar ansiedad y pánico, dos características que se se ven en la personalidad del Grinch.
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En la versión de Ron Howard, se da a conocer que el Grinch sufrió muchos traumas infantiles que juegan un papel especial en cómo es que se desarrolló. Al Grinch se le recuerda constantemente su vergonzoso pasado, incluso cuando comienza a abrirse a la idea de la Navidad. Por ejemplo, los Quién humillan al Grinch y le hacen rememorar la vez que intentó afeitarse la barba para deslumbrar a Martha May Hovier.
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A lo largo de la película hace evidente que el Grinch se ha enfrentado y sigue enfrentándose al acoso de los habitantes de Villa Quién. De hecho, gran parte de este hostigamiento se puede vincular con los Quién. El Grinch no tenía absolutamente nada ni a nadie: ni padres, ni regalos, ni árboles, ni cena de Navidad, sin embargo, nadie logra empatizar con el pobre Grinch. Lo cierto es que el Grinch se enfrenta claramente a dificultades extremas, que hace que aparezca la pregunta: ¿es él el verdadero villano de la Navidad?
