Desde su estreno el 13 de agosto de 2008, Batman: The Dark Knight no solo conquistó a millones de fans, recaudando más de mil millones de dólares a nivel global, sino que también alimentó una serie de mitos en torno a su producción. Uno de los más persistentes rodea una escena emblemática protagonizada por el fallecido Heath Ledger como el Joker, que lo llevó a ganar un Oscar póstumo por su extraordinaria actuación.
El mito en cuestión afirma que la reacción de Ledger durante la explosión del hospital de Gotam fue improvisada y que, supuestamente, el actor habría respondido al aparente fallo técnico de las explosiones jugando con su mando a distancia como una acción que habría salido completamente de su creatividad y compromiso con el personaje. Pero, ¿esto es verdad?
En realidad, esta escena fue planificada meticulosamente de principio a fin. El director Christopher Nolan reveló en el documental adicional Gotham al descubierto: creación de una escena, incluido en las ediciones de video de la película, que todo fue cuidadosamente coreografiado. "El supervisor de efectos especiales, Chris Corbould, logró desarrollar un escenario que permitiera a Heath salir él mismo del edificio," explicó Nolan. No se utilizó un doble en esta secuencia crucial, y cada paso estuvo calculado.
La "pausa" que hace el Joker entre las dos explosiones no fue un error, sino una medida de seguridad para proteger tanto a Ledger como al equipo de filmación. Esta separación entre las detonaciones también buscaba sorprender al público, aumentando el impacto emocional de la segunda explosión.
Chris Corbould comentó que, desde el diseño inicial de la escena, esta pausa ayudaría a construir tensión y transmitir la imprevisibilidad del Joker. “Es totalmente acorde con el personaje. El agente del caos también puede ser vulnerable y desconcertar al espectador”, afirmó el experto en efectos.
La precisión de esta escena no dejó margen para la improvisación, por lo que el equipo trabajó con modelado en 3D para anticipar la forma en que el edificio explotaría y ensayó incansablemente con Ledger ese mismo día. Según Nolan, "ensayamos con Heath una docena de veces esa mañana. Caminamos con él, contando las explosiones y señalando exactamente cuándo ocurrirían".
Así, aunque esta verdad detrás del mito no disminuye el legado de Heath Ledger, su interpretación del Joker sigue siendo una de las más icónicas de la historia del cine. Recordada no solo por su intensidad sino también por la entrega y preparación con que abordó cada escena, al fin y al cabo el verdadero arte está en lograr que lo planificado parezca natural. En eso, Ledger y Nolan alcanzaron la perfección.