Brady Corbet ha consolidado su lugar en el cine contemporáneo tras recibir el prestigioso León de Plata en el Festival de Cine de Venecia, luego de presentar un proyecto con una duración de 3 horas y 34 minutos, que fue descrita como "El padrino de nuestros tiempos" y es considerada por los críticos como una de las piezas más importantes del año, posicionándose como una fuerte candidata a los Oscar.
En la historia, tenemos una cinta que abarca casi tres décadas y narra la vida de László Toth; un arquitecto judío nacido en Hungría que tras sobrevivir a un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, emigra a los Estados Unidos con su esposa Erzsébet para perseguir el "sueño americano". Así, el filme aborda con sensibilidad temas como la resiliencia, la lucha por la identidad y las complejidades del exilio, destacándose por su profundidad emocional y su enfoque épico.
Y así, además de su potente narrativa, The Brutalist resultó impresionarnos por su forma de producción, ya que fue filmada en 70 mm, como un formato poco común que aporta una experiencia visual inmersiva. Sin embargo, este método conllevó desafíos técnicos, ya que la proyección requirió de 26 bobinas con un peso total de 136 kilos; un detalle que resalta la ambición y el compromiso artístico del equipo.
Por otra parte, el éxito de The Brutalist no ha frenado la creatividad del director Brady Corbet, quien ya imagina su próximo proyecto, prometiendo algo radicalmente distinto. En una entrevista con The New Yorker, Corbet describe la idea como un híbrido entre western y cine de terror, inspirado en La masacre de Texas de Tobe Hooper.
Situada en los años setenta, la historia explorará la vida de inmigrantes chinos en California, abordando tensiones culturales y sociales con un estilo más “libre” e innovador.
Por otra parte, The Brutalist sigue maravillando a críticos y audiencias con su visión monumental, y su exploración conmovedora de la humanidad en tiempos de adversidad. Encuéntrala en Apple TV.