La historia del cine ha demostrado que pocas cosas generan tanto debate como aquellas películas que abordan los secretos y las intrigas de instituciones religiosas. Tal fue el caso de El Código Da Vinci, cuya adaptación cinematográfica basada en el bestseller de Dan Brown enfrentó críticas y acciones legales por parte de la Iglesia Católica. Ahora, la cinta Cónclave, protagonizada por Ralph Fiennes, parece encaminada a desatar una tormenta aún mayor.
Basada en la novela homónima de Robert Harris, publicada en 2016, Cónclave explora los intrincados procesos políticos y religiosos detrás de la elección de un nuevo Papa. Dirigida por Edward Berger, la película cuenta con un elenco estelar que incluye a Stanley Tucci, John Lithgow, Isabella Rossellini y Lucian Msamati, además de Fiennes, quien interpreta al cardenal Lawrence, el encargado de liderar este delicado proceso. La cinta, que llegará a Cinépolis y Cinemex el próximo 9 de enero de 2025, ha sido señalada como una contendiente fuerte en la próxima temporada de premios, aunque su temática promete no dejar indiferente a nadie.
Ralph Fiennes lidera una historia que desafiará a la Iglesia
Ralph Fiennes, conocido por su desempeño en filmes como La lista de Schindler y El paciente inglés, defendió la película argumentando que no es un ataque directo a la religión o a la Iglesia Católica, sino una exploración honesta de temas que han sido objeto de debate público durante décadas. Según el actor, el guión aborda con inteligencia tanto las virtudes como las debilidades de la Iglesia, destacando su papel como una institución de apoyo para las comunidades, pero sin ignorar las controversias históricas que la rodean.
Stanley Tucci, quien da vida a otro cardenal en la trama, destacó que Cónclave tiene el potencial de incomodar a muchos debido a su enfoque en temas políticos y sociales actuales. Según Tucci, la película no rehúye mostrar las posibles corrupciones dentro de la Iglesia, lo que añade una dimensión reflexiva y profundamente contemporánea a la narrativa. Esta valentía para abordar cuestiones delicadas es, sin duda, uno de los elementos que diferencia a Cónclave de películas anteriores como El Código Da Vinci.
El paralelismo con la controversia que rodeó a El Código Da Vinci es inevitable. En su momento, la película dirigida por Ron Howard fue calificada de ofensiva por el Opus Dei y altos representantes de la Iglesia Católica. Las protestas incluso llevaron a solicitar que se incluyera un aviso al inicio del filme aclarando su carácter ficticio, algo que Howard rechazó, argumentando que ya era evidente. Sin embargo, la naturaleza más realista de Cónclave podría hacer que esta nueva película enfrente una oposición aún más intensa.
En definitiva, Cónclave no es solo una película que invita a reflexionar sobre la religión, la política y la moralidad, sino también un fenómeno cultural que seguramente polarizará a la audiencia. En un momento donde los cuestionamientos a las instituciones son más frecuentes que nunca, esta cinta llega para desafiar nuestras ideas preconcebidas y abrir un diálogo necesario.