No hay nadie mejor que Quentin Tarantino para lanzar comentarios polémicos frente al público. Algunos recordarán su incómoda respuesta en la conferencia de prensa de Había una vez en Hollywood durante su estreno en Cannes, o la vez que aseguró, hace apenas unos meses, que George Clooney no era una estrella de cine porque no tenía ni una película relevante; pero otro de sus señalamientos controversiales fue hacia el querido actor Bill Murray.
El actor favorito de cineastas como Wes Anderson y Sofia Coppola tuvo su máximo esplendor en la década de los 80, pero no todos piensan lo mismo. El director de Pulp Fiction y Perros de reserva cree que el intérprete, de hecho, es sinónimo de la etapa más tibia en Hollywood, pues después del cine violento, crudo y sucio de los años 70, la industria de cine estadounidense quiso cambiar por completo sus historias y narrativas en la siguiente década.
“Los personajes complejos y complicados de los años 70 eran precisamente aquellos que el cine de los 80 evitaba por completo”, escribió el realizador en su libro Cinema Speculation en 2022, “Los personajes complejos no son necesariamente agradables. Las personas interesantes no siempre son así, pero en Hollywood en los años 80, todo giraba en torno a la simpatía. Si hicieras una película sobre un hijo de perra, podrías apostar que ese idiota vería el error que cometió y se redimiría en los últimos 20 minutos; como, por ejemplo, todos los personajes de Bill Murray”.
De acuerdo con el cineasta detrás de Kill Bill, el mayor ejemplo de esta declaración son las interpretaciones de Murray. “Es cierto que cuando te importan un comino los sentimientos de otras personas, probablemente hace maravillas con tu ingenio cáustico, pero siempre rechacé la idea de que los personajes de Bill Murray necesitaran redención”, señaló el guionista.
Columbia Pictures
“Sí, tal vez encantó a Andie MacDowell [en Hechizo del tiempo], pero ¿alguien cree que un Bill Murray menos sarcástico es un mejor Bill Murray?”, se cuestionó Quentin Tarantino, haciendo referencia a cómo los personajes del actor constantemente se redimían durante el tercer acto de las películas, tal como también sucedió en Los fantasmas atacan al jefe. ¿Concuerdas con el aclamado director o crees que era necesario un cine cómico y complaciente en la época ochentera?
