Amores perros, Un día sin mexicanos, Roma, Los olvidados, Macario y Rudo y Cursi son algunos de los títulos más icónicos dentro del cine filmado en México, y que con el paso del tiempo han pasado a formar parte de un basto legado cultural que hoy posiciona a este país como uno de los líderes de esta industria.
Sin embargo, con La Ley de Herodes obtuvimos una de las películas más icónicas del cine mexicano, a la par de un ácido retrato de la corrupción y el abuso de poder que sigue siendo relevante años después de su estreno en 1999. Dirigida por Luis Estrada y protagonizada magistralmente por Damián Alcázar, la cinta combina humor negro, drama y crítica política para ofrecer un relato implacable sobre las ambiciones y los peligros del poder absoluto.
La historia comienza con el linchamiento del alcalde de San Pedro de los Saguaros, que es un pequeño y olvidado pueblo, debido a sus constantes abusos de poder. Para calmar los ánimos del pueblo y evitar un escándalo mayor, el Gobernador designa a Juan Vargas (Damián Alcázar), un antiguo militante del Partido Revolucionario Institucional (P.R.I.) y encargado de un basurero, como el nuevo alcalde. Con pocas instrucciones y un manual del partido, Vargas llega al pueblo con las mejores intenciones de resolver los problemas de la comunidad.
Pero tras su encuentro con el poder este lo cambia de manera radical, y así Vargas pronto descubre que la corrupción no solo es tolerada, sino incentivada como parte del sistema. Con cada decisión, su ambición crece hasta convertirse en un tirano despiadado dispuesto a hacer cualquier cosa para mantener su puesto, y entonces la transformación de Juan Vargas no solo se convierte en un reflejo del individuo, sino también un mordaz comentario sobre las dinámicas políticas que han marcado la historia de México.
Desde su estreno, La Ley de Herodes generó polémica por su crítica directa al sistema político mexicano. Aunque enfrentó ciertos intentos de censura, especialmente debido a su representación satírica del P.R.I., logró superar estos obstáculos y se convirtió en un éxito rotundo tanto en críticas como en taquilla.
La cinta ganó numerosos premios, entre ellos siete premios Ariel, incluida la categoría de Mejor película, Mejor director para Luis Estrada y Mejor actor para Damián Alcázar. Además, fue seleccionada como la representante de México para competir en la categoría de Mejor Película Internacional en los Oscar, aunque no logró la nominación final.
La actuación de Damián Alcázar fue especialmente destacada, consolidándolo como uno de los actores más respetados del cine latinoamericano, y más de dos décadas después, La Ley de Herodes sigue siendo considerada una obra maestra del cine político.
Su mensaje sobre cómo el poder corrompe y transforma a las personas es tan universal y atemporal, que la mantiene vigente en la discusión pública entorno a las vías del entretenimiento, además de haberle permitido sentar las bases para otras producciones de Luis Estrada, como El Infierno y La dictadura perfecta, que también exploran los defectos del sistema político en México. ¡Encuéntrala en Netflix!