Actualmente, Palomas negras es uno de los programas más vistos de Netflix. Estrenada el pasado 5 de diciembre, a las pocas horas de su debut, la producción de origen británico se posicionó dentro del Top 10 del gigante del streaming, junto a otros éxitos como La Brea, Cuando el teléfono suena y Cien años de soledad. No por nada, la serie ya fue renovada para una segunda temporada que seguramente llegará en algún punto de 2025 o 2026.
Palomas negras sumerge a los suscriptores en una emocionante historia de espías. Creada por Joe Barton, la serie sigue a Helen Webb, interpretada por Keira Knightley, la esposa modelo de un ministro, quien esconde una doble vida como espía. Aunque parece tener todo orden, su vida da un vuelco cuando su amante es asesinado brutalmente. Pronto, Helen se embarca en una peligrosa investigación en la que llama a un viejo amigo y asesino, Sam, con Ben Whishaw como encargado de interpretarle.
Este thriller que llegó justo antes de Navidad cuenta con un elenco estelar, sin embargo, lo que hace que Palomas negras sea aún más emocionante y convincente es la increíble historia real que inspiró su trama. Para imaginar esta historia, Joe Barton se inspiró en un gran escándalo británico que ocurrió en 2010, el cual tuvo consecuencias graves para todos los que estuvieron involucrados.
'PALOMAS NEGRAS', INSPIRADO EN HECHOS VERÍDICOS
Este capítulo fue conocido en la vida real como "policías espías". El incidente estalló en 2010 cuando se reveló que un equipo de agentes encubiertos habían vivido en total inmersión dentro de grupos militantes. Su misión era la de recopilar información sobre las actividades de estos grupos, a menudo progresistas o ecologistas.
Durante algún tiempo, estos agentes vivieron una doble vida, llegando incluso a mantener relaciones románticas con activistas, a veces durante varios años, y tener hijos con ellos. La investigación pública reveló que más de mil grupos habían sido espiados y que estas operaciones habían afectado profundamente a las víctimas, que denunciaron manipulaciones psicológicas destructivas.
En Palomas negras, estos elementos reales se transponen en una trama que se aleja de la realidad llevando al espectador a un verdadero torbellino. El contraste entre la vida pública de Helen como esposa devota y sus actividades secretas genera algunas escenas de alta tensión. Pero más allá del espionaje, la serie explora temas de traición, búsqueda de identidad y sacrificio personal.