Javier Bátiz, el icónico guitarrista mexicano y uno de los máximos exponentes del rock nacional, falleció a los 80 años tras una larga batalla contra el cáncer. La noticia fue confirmada por su esposa a través de un emotivo mensaje en redes sociales:
“Queridos amigos y familia. Para informarles que nuestro adorado y querido esposo Javier Bátiz trascendió el día de hoy. Su legado y su música quedan para la eternidad. Te amo, amor mío, vuela alto mi ángel”, señaló el comunicado.
El legendario músico tijuanense se encontraba delicado de salud desde hace varios meses. Su esposa, Claudia, compartió en diversas ocasiones información sobre eventos para recaudar fondos destinados a cubrir los gastos médicos derivados de su tratamiento. Entre las iniciativas destacaron presentaciones de bandas de rock nacional como Liran Roll, quienes unieron esfuerzos para apoyar al guitarrista.
En abril pasado, Javier Bátiz se sometió a una cirugía para combatir el cáncer de próstata. Aunque en aquel momento se informó que el procedimiento fue exitoso, el artista continuó enfrentando complicaciones de salud, incluyendo neumonía, que agravaron su estado.
Nacido en Tijuana, Javier Bátiz demostró su talento musical desde una edad temprana. Cuando cumpliós 17 años se trasladó a la Ciudad de México, donde buscó integrarse a la agrupación Los Rebeldes del Rock, reemplazando a Johnny Laboriel, pero fue rechazado. En los años sesenta, Bátiz alcanzó un notable éxito que le llevó no solo a los escenarios, sino también a la gran pantalla.
Paralelamente a su carrera musical, Javier Bátiz exploró el mundo del cine y a lo largo de su vida, participó en más de 30 películas destacando producciones como Ya sé quién eres (1971), La mansión de la locura (1973) y La taquera picante (1990). Durante su incursión en la industria del cine también tuvo la oportunidad de compartir escena con figuras legendarias como Germán Valdés "Tin Tan", Clavillazo, Eulalio González "Piporro" y Adalberto Martínez "Resortes".
Su capacidad para conjugar la música y la actuación consolidó su estatus como un artista polifacético y versátil, dejando una huella indeleble tanto en la música como en el cine mexicano.
Se presentó en escenarios emblemáticos y festivales de gran prestigio como el Vive Latino, consolidándose como un referente del rock mexicano cuya influencia no solo transformó a generaciones de músicos, sino que también fue clave en el descubrimiento y desarrollo de talentos internacionales como Carlos Santana, quien reconoció a Bátiz como uno de sus grandes mentores.
Su legado perdura en sus grabaciones, sus apariciones en el cine y, sobre todo, en el corazón de sus seguidores a la par que su talento y su lucha por mantener viva la esencia del rock mexicano seguirán inspirando a nuevas generaciones. Descanse en paz.