No hay nada como ver una película de superhéroes en la gran pantalla. Historias como las de El hombre de acero, Batman: El caballero de la noche, Doctor Strange en el multiverso de la locura y Spider-Man: Sin camino a casa han inspirado a los espectadores de muchas formas, haciéndoles soñar con todo lo que podría pasar si se pusieran un traje y salieran a combatir a los malos. Los X-Men, Iron Man, Hulk y más figuras se han convertido en inspiraciones para quienes son fanáticos de los superhéroes.
En ocasiones, el amor del público por los cómics es tan grande que les empuja a buscar formas en las que estos mundos se pueden hacer realidad. Desde inventar armaduras parecidas a las de Tony Stark o crear su propio lanzatelarañas como el del arácnido de Nueva York, los fans han tratado durante años de convertirse en superhéroes de la vida real. Sin embargo, en ocasiones, el deseo por volverse una figura que combate el crimen puede tener resultados desastrosos.
Así le ocurrió a un admirador de Wolverine, quien hizo lo impensable para volverse el mutante interpretado por Hugh Jackman. Desafortunadamente, los esfuerzos de este adolescente por intentar convertirse en Guepardo casi le costó la vida, dándole una lección importante sobre los límites de la realidad y la ficción: por más que uno lo intente, el mundo de los superhéroes sólo es posible en la imaginación.
La sorprendente historia en la que un joven intentó transformarse en Wolverine tuvo lugar en Nueva Dehli, India en 2014. Según se informó, un joven de 15 años fue hospitalizado por úlceras en el brazo izquierdo que no sanaban, sin importar qué tanto se esforzaran los doctores. El equipo médico inicialmente pensó que el adolescente se había cortado unos meses antes y que las heridas se habían infectado, sin embargo, esto no hacía sentido con las grandes irritaciones que presentaba en su antebrazo.
Entonces sospecharon que se trataba de una reacción cutánea alérgica a una sustancia. Debido a que desconocían exactamente aquello que le estaba provocando el malestar, para averiguarlo, llamaron a un psiquiatra para que el adolescente pudiera darles más detalles que pudieran ayudarles. Resulta ser que el joven se había inyectado mercurio en el brazo, que había obtenido de un par de termómetros.
El chico era un gran fan de X-Men Origins: Wolverine y aparentemente quería tener la misma estructura que su superhéroe favorito, con un esqueleto y garras completamente cubiertas con una capa de adamantium puro. Sin embargo, el joven no contó con que le hacía falta la mutación que hace posible que Guepardo pueda sobrevivir a un proceso tan doloroso y complicado: su factor de sanación.
Luego de una revisión exhaustiva a su estado mental, el psiquiatra no encontró trastorno alguno en él, sino que todo se trataba de una gran admiración por el mutante. Lo más sorprendente es que esta no era la primera vez que intentaba convertirse en una figura de Marvel: meses atrás se había dejado picar varias veces arañas, en un intento de convertirse en Spider-Man.