El estreno de Moana 2 en las salas de Cinépolis y Cinemex pretende extender el universo de aventuras oceánicas que conquistó a millones su predecesora, Moana, en 2016. En esta secuela, Disney no solo retoma a personajes entrañables como Moana y Maui, sino que también introduce nuevas amenazas y desafíos que prometen profundizar en las mitologías y leyendas del pueblo maorí. La historia sigue a Moana tres años después de su primer viaje, enfrentándose a una llamada ancestral que la lleva a explorar mares desconocidos y a buscar la unidad entre las islas de Oceanía.
La trama incorpora elementos fascinantes de la cosmovisión maorí, como la conexión espiritual con los ancestros y el respeto por el océano como fuente de vida y misterio. En esta ocasión, Moana deberá enfrentarse a Matangi, una figura envuelta en un aura mística y rodeada de criaturas oscuras, mientras sortea tormentas sobrenaturales que ponen a prueba su valentía. Con esta secuela, Disney reafirma su apuesta por historias ricas en tradición y cultura, entrelazando épicas de navegación con los mitos que inspiran esta obra cinematográfica.
Cómo Disney adaptó las historias maoríes para cautivar a una audiencia global
En la mitología maorí, el océano es mucho más que una vasta extensión de agua; es una entidad viva, un conector espiritual entre mundos y el hogar de deidades y criaturas místicas. Una de las figuras más emblemáticas es Tangaroa, el dios del mar, considerado un protector y proveedor de recursos, pero también una fuerza que demanda respeto y equilibrio. Según las leyendas, Tangaroa habitaba en las profundidades junto a sus hijos, quienes representan diferentes aspectos del océano, como los peces y los corales. Este simbolismo resuena profundamente con Moana, una joven que escucha el llamado del mar y encuentra en él tanto desafíos como guía espiritual en su camino.
Otro mito destacado es el de Kupe, el legendario navegante maorí que descubrió Aotearoa (Nueva Zelanda). Se dice que Kupe enfrentó innumerables obstáculos en su travesía, desde criaturas marinas gigantes hasta tormentas traicioneras, y que su valentía y conexión con el océano fueron clave para superar estas pruebas. Esta narrativa de exploración y valentía se refleja en Moana, quien, al igual que Kupe, se convierte en una Wayfinder, guiada por las estrellas y su instinto para cumplir con un propósito mayor.
En las mitologías maorí y polinesia, Maui es una figura central, tanto una especie de semidiós como un héroe, conocido por su astucia y proezas que moldearon el mundo tal como lo conocemos. Disney adaptó esta figura para el público infantil en la película de John Musker y Ron Clements dándole una personalidad egocéntrica pero entrañable, y convirtiéndolo en un huérfano para generar empatía con la audiencia. Sin embargo, en las leyendas tradicionales, Maui tiene una familia extensa, con tres hermanos y un hijo o hijastro que hereda su naturaleza de embaucador.
Entre los muchos mitos asociados a Maui, destaca el uso de su anzuelo mágico, un objeto de gran importancia tanto en las historias tradicionales como en la película. En el folclore maorí, Maui utilizó su anzuelo para sacar a la superficie islas enteras, entre ellas el Norte de Nueva Zelanda, que según las leyendas fue un gran pez capturado por él. En Moana, el anzuelo no solo es una herramienta de transformación, sino también un símbolo de su fuerza y legado.
Otro elemento curioso adaptado por Disney son los Kakamora, esas pequeñas criaturas con forma de cocos que atacan a Moana y Maui durante su travesía. En las tradiciones de las culturas del Pacífico, los Kakamora son seres diminutos que habitan en los bosques y cuevas, considerados protectores de la naturaleza. Aunque en Moana son representados como enemigos cómicamente amenazantes, en las leyendas se les atribuye un carácter más oscuro: se dice que desconfían profundamente de los humanos y, en algunos relatos, incluso son conocidos por devorar a aquellos que se cruzan en su camino.
La integración de estas figuras mitológicas en Moana no solo añade profundidad cultural a la narrativa, sino que también celebra la rica tradición oral de los pueblos polinesios. Aunque las adaptaciones cinematográficas inevitablemente modifican ciertos aspectos, personajes como Maui y los Kakamora mantienen viva la esencia de estas historias ancestrales, presentándolas a un público global.