Silvia Pinal, ícono del cine y la televisión mexicana, falleció a los 93 años. La última diva del cine mexicano llevaba desde el pasado 21 de noviembre en un hospital de la Ciudad de México, al que ingresó debido a una infección urinaria. A pesar de que sus hijos mencionaron que la actriz había mostrado mejoría en un inicio, lamentablemente, su estado de salud de agravó. Hasta el momento, la familia no ha dado detalles sobre las causas de su muerte.
Silvia Pinal fue una las figuras más importantes de México, quien dejó una huella imborrable en la industria del entretenimiento con cintas como María Isabel, Viridiana de Luis Buñuel, y por supuesto, el programa Mujer, casos de la vida real, que marcó la pantalla chica con sus historias basadas en hechos reales. La actriz originaria de Guaymas, Sonora contaba con una trayectoria de más de 70 años, en los que compartió escenario con otras grandes personalidades del cine y la televisión, entre ellos, Pedro Infante.
Tras su primera aparición juntos en 1949 con la cinta La mujer que yo perdí, Pinal e Infante se convirtieron en una de las parejas favoritas del público. En la cinta Silvia Pinal dio vida a Laura, quien está enamorada de Pedro Montaño, interpretado por Infante. Sin embargo, cuando Pedro mata al hijo de procurador en defensa de Laura, él huye a las montañas. Ahí, Pedro es ayudado por los habitantes del lugar, donde se enamora de una mujer llamada María.
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Tras conquistar los corazones de los espectadores, la pareja repitió la fórmula en dos ocasiones más. La segunda película protagonizada por Pinal e Infante fue Un rincón cerca del cielo, que se estrenó en 1952, aunque en esta ocasión no interpretaron a una pareja. Silvia dio vida a Sonia Irina hija de Don Chema Pérez, una mujer bella y ambiciosa que tiene un romance con un mafioso. La cinta también contó con las actuaciones de Marga López y Andrés Soler.
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La última colaboración entre Silvia Pinal y Pedro Infante fue en 1956 con la película de El inocente. Silvia dio vida a Mané, una chica mimada por sus padres. Luego de tener una pelea con su novio en Año Nuevo, Mané se dirige a Cuernavaca para ver a sus padres, sin embargo, su automóvil se descompone. Ahí conoce al mecánico Cutberto Gaudázar "Cruci", a quien le invita un par de copas. A la mañana siguiente, ninguno recuerda lo que ocurrió, pero al ser descubiertos por sus padres, Mané y Cruci se ven obligados a casarse en contra de su voluntad.
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