Ganar un Oscar no es sencillo y vaya que hay muchos actores que lo saben. Leonardo DiCaprio tardó algunos años en ser reconocido por La Academia, pero también hay otros intérpretes aclamados del cine que no han recibido una estatuilla dorada, tal como Tom Cruise y Amy Adams.
Existen los casos en los que hay actores sin experiencia alguna que en su primer papel triunfan en Hollywood. Anna Paquin era una niña de apenas 11 años cuando fue galardonada con un Oscar, pero si pensamos en un actor con nula práctica que ganó el anhelado premio de Hollywood durante su primera intervención frente a las cámaras, entonces no podemos evitar pensar en Haing S. Ngor.
Antes de que participara en películas como My Life y Heaven & Earth en 1993, Ngor debutó en la pantalla grande con Los gritos del silencio, película sobre el régimen de los Jemeres Rojos en Camboya. Su relación con dicho conflicto sociopolítico era muy grande, pues él era un médico camboyano hasta que tuvo que emigrar a Estados Unidos junto a su sobrina, luego de perder a su familia durante el genocidio.
Tras conocer a Pat Golden, un director de casting, en una boda en California, Haing S. Ngor recibió la oferta de participar en Los gritos del silencio, pues los productores aseguraron que “tenía un don innato para la actuación”. Fue entonces que revivió su trauma, pero ahora como actor, y el director Roland Joffé dijo que “Era muy valiente. Actuar es dar el alma, y él lo hizo”. Su interpretación le dio el Oscar a Mejor actor de reparto en 1984, y le abrió toda una carrera en Hollywood.
Lamentablemente, luego de unos años trabajando como actor, Ngor fue asesinado saliendo de su casa en Los Angeles tras un ataque de tres adolescentes. A pesar de que inicialmente se creía que se trataba de un robo, ninguno de los involucrados en su asesinato robó su automóvil Mercedes, ni los 3 mil 700 dólares que cargaba en efectivo.
La polémica comenzó a crecer en torno al caso y fue como crecieron las sospechas de que su muerte se relacionada con los Jemeres Rojos, levantando rumores de que fue orden directa de un exmiembro de los Jemeres Rojos; sin embargo, su difusión sobre el genocidio y la historia de su país perdura, tal como lo aseguró su sobrina a The Hollywood Reporter: “Utilizó su fama para educar a la gente. Y hoy, cada vez que la gente ve su Oscar, me preguntan sobre Camboya y su legado continúa”.