Duna: La profecía se posiciona como una precuela de las películas de Denis Villeneuve, explorando eventos mucho antes del nacimiento de Paul Atreides (Timothée Chalamet) o Chani (Zendaya). La serie se centra en los ancestros de las Grandes Casas y los orígenes de la orden Bene Gesserit. Este enfoque establece una base para los conflictos políticos y sociales vistos en Duna y Duna 2, conectando los pilares del universo con los eventos que marcarán la saga.
El universo de ‘Dune’ se amplía: conexiones entre la serie y las películas
Uno de los elementos más intrigantes de Duna: La profecía es su explicación de la ausencia de máquinas inteligentes en la saga. La serie inicia después del Yihad Butleriano, una guerra contra las máquinas pensantes que casi destruyen a la humanidad. Este trasfondo explica la desconfianza hacia la tecnología avanzada y la dependencia en los mentats, personajes que se mencionan en las películas, como Piter de Vries (David Dastmalchian) y Thufir Hawat (Stephen McKinley).
Los Harkonnen, villanos icónicos de las películas, tienen un papel clave en Duna: La profecía. Valya Harkonnen (Emily Watson), antepasada de Vladimir Harkonnen (Stellan Skarsgård), utiliza la orden Bene Gesserit para restaurar el prestigio perdido de su familia tras su exilio por traición durante el Yihad Butleriano. Su ambición y manipulación se alinean con los métodos de su descendencia, estableciendo una conexión directa con las películas.
Además, la serie profundiza en los Bene Gesserit y su evolución como fuerza política y espiritual. Valya Harkonnen, líder de la orden, impulsa la capacidad conocida como "la voz", vista en las películas como un arma de control mental. Este desarrollo muestra cómo los Bene Gesserit moldearon la historia y prepararon el terreno para los eventos de la saga.
Aunque Arrakis, el hogar de la especia, apenas es mencionado en Duna: La profecía, su importancia ya está presente. La serie introduce a Javvico Corrino (Mark Strong), encargado de la producción de especia, y muestra las tensiones con los Fremen, los nativos del planeta. Estas dinámicas anticipan la centralidad de Arrakis en las películas y los conflictos que surgirán entre las Grandes Casas.
Los gusanos de arena, emblemáticos en Duna, también aparecen en Duna: La profecía. La serie sugiere un vínculo profético entre los gusanos y el destino de la humanidad, anticipando la conexión de Paul Atreides con los Fremen y el poder de Shai Hulud. Este simbolismo refuerza los temas de destino y supervivencia presentes en las películas.
En última instancia, el título de la serie alude a sueños proféticos que ofrecen vislumbres del futuro. Estas visiones podrían referirse al ascenso de Paul Atreides como Muad'Dib o al destino de su hijo Leto II, quien se convierte en un híbrido humano-gusano. Estos elementos conectan directamente con las narrativas más amplias de las películas.