Ridley Scott ha compartido detalles sobre por qué una de sus próximas películas pertenece a un género en el que nunca ha trabajado antes, explicando qué lo llevó a tomar la decisión de aventurarse en algo nuevo. El director fue reconocido inicialmente por inaugurar la franquicia Alien y, aunque continuó ampliando su línea temporal con precuelas como Prometeo y Alien: Covenant, nunca tuvo la oportunidad de hacer lo mismo con Blade Runner. En cambio, a lo largo de su carrera, comenzó a explorar diferentes géneros.
Las épicas históricas se convirtieron en su sello distintivo, incluyendo El último duelo, Cruzada, Éxodo: Dioses y reyes y, desde luego, Gladiador y Gladiador 2 (que actualmente se encuentra en la cartelera de Cinépolis y Cinemex). También ha mostrado su interés en relatos de guerra (como La caída del halcón negro) y crimen (Red de mentiras y El abogado del crimen), lo que subraya su capacidad para abarcar una amplia gama de géneros cinematográficos y abordar una gran variedad de ideas.
Sin embargo, su próximo proyecto implica sumergirse en un terreno inexplorado. El veterano cineasta británico ya ha realizado biopics antes, como American Gangster de 2007, basada libremente en la vida del narcotraficante Frank Lucas, y Todo el dinero del mundo de 2017, que narra el secuestro de John Paul Getty III. Su película Napoleón también es un biopic sobre el líder francés. No obstante, el director nunca ha hecho un filme del género musical, lo que significa incursionar en un ámbito completamente nuevo para él.
En una entrevista con The Hollywood Reporter, Scott explicó por qué está trabajando en una biopic musical sobre los Bee Gees, señalando que le gusta asumir nuevos retos y desafíos al crear sus películas. Reconoció que nunca antes había trabajado con el proceso físico de combinar movimiento y música en sus filmes, y admitió la dificultad de crear una experiencia atractiva en este formato.
“No hay nada peor que un actor tratando de ser una estrella de rock, y nada peor que una estrella de rock tratando de ser actor. Muy pocos lo han logrado, aunque creo que Bradley Cooper lo hizo bastante bien en Nace una estrella”, compartió el realizador de 86 años. También mencionó que recientemente se reunió con Barry Gibb, el cantante principal de los Bee Gees, alguien con quien no había hablado en 50 años, lo que influyó en su perspectiva para realizar la película.
Dada la diversidad de su carrera cinematográfica, parece que Scott está listo para asumir el desafío de dirigir una biopic sobre los Bee Gees. Aunque ninguna de sus películas anteriores ha sido un musical, sus habilidades generales para contar historias basadas en hechos reales pueden fortalecer este proyecto, sumadas a su constante dedicación para crear filmes nuevos y emocionantes para el público en las salas de cine.