Junto a Dwayne Johnson, Vin Diesel y Keanu Reeves, Jason Statham es una de las estrellas de acción más populares de la actualidad. Con cintas como El transportador, Los indestructibles y Megalodón, el actor británico se ha ganado un lugar especial en las películas donde las explosiones, persecuciones y peleas son gran parte de la trama.
Muchas de las cintas protagonizadas por Statham han tenido una segunda parte gracias al éxito que ha tenido entre el público. El actor ha sido dos veces el conductor altamente calificado de El transportador, se volvió a enfrentar a un tiburón gigante en Megalodón 2, y repitió su papel en la franquicia de Los indestructibles en cuatro ocasiones. Sin embargo, hay una historia que aún no regresa a la pantalla a pesar del gran recibimiento fue en taquillas.
En 2015, Statham desempeñó un personaje divertido en la comedia Spy: una espía despistada, en la que Melissa McCarthy pasa de ser analista detrás de escena de la CIA a agente encubierta. Como el agente secreto Rick Ford, el actor hizo alarde de su propia imagen, algo que el público encontró muy cómico. Siendo un papel con el que pasó un buen rato, no es de extrañar que a Statham le encantaría volver a la franquicia.
Con el éxito de taquilla de su comedia de acción, recaudando la impresionante cifra de 236 millones de dólares un presupuesto de 65 millones de dólares, Statham se dijo dispuesto a rodar una secuela y con mucho más tiempo en pantalla para él. La actriz principal Melissa McCarthy también expresó su interés en distintas ocasiones para trabajar nuevamente.
No obstante, antes de que el proyecto siguiera adelante, el estudio puso fin a los planes. Paul Feig dijo en varias entrevistas que no habría ningún interés en Spy 2 por parte de los productores, por lo que el proyecto estaba muerto. Por ahora, no hay intención de una secuela, pero según lo dicho por la estrella de Rápidos y Furiosos en una entrevista con Entertainment Weekly, él está más que listo.
'SPY: UNA ESPÍA DESPISTADA' ESTÁ DISPONIBLE POR DISNEY+
Susan Cooper es una humilde analista de la CIA que trabaja exclusivamente en un escritorio. Aunque ella es responsable de la planificación real de las peligrosas misiones del servicio secreto, son los agentes en el campo quienes obtienen las recompensas por un trabajo completado con éxito y Susan pasa prácticamente desapercibida.
Pero cuando su compañero Bradley Fine es víctima de las maquinaciones de la bella Raina Boyanov, Susan rápidamente se ofrece como voluntaria para una delicada operación encubierta. Ahora, ella debe infiltrarse en la organización de un peligroso traficante de armas, mientras se le da la oportunidad de vengarse de su compañera. Con disfraces a veces poco glamurosos,Susan vive la aventura de su vida en la que se convierte en la heroína de la misión más peligrosa de la CIA.