Uno de los estrenos en la cartelera de Cinépolis y Cinemex, Gladiator 2, ha levantado un debate fascinante sobre la mezcla de historia y ficción en el cine. Una escena en particular, que muestra tiburones en un combate naval dentro del Coliseo, ha generado controversia. Aunque las naumaquias, o batallas navales simuladas, fueron reales, la inclusión de tiburones añade un giro dramático que ha dejado perplejos a historiadores y entusiastas del cine por igual.
Tiburones en el Coliseo: entre la ingeniería romana y la creatividad de Hollywood.
Ridley Scott defendió apasionadamente su decisión en una entrevista reciente con Collider. El director argumentó que si los romanos lograron construir el Coliseo, no debería sorprender que pudieran inundarlo para recrear batallas marítimas, incluyendo la posibilidad de incorporar tiburones traídos del mar. Según Scott, la capacidad de ingeniería de los romanos era asombrosa y podía lograr hazañas como esta, combinando realismo histórico con una pizca de espectáculo cinematográfico.
Históricamente, las naumaquias eran eventos exclusivos organizados para celebrar ocasiones especiales, como el que inauguró el Coliseo en el año 80 d. C. Estas batallas se llevaban a cabo en escenarios especialmente acondicionados, como lagos artificiales o el propio Coliseo, que podía ser inundado gracias a un avanzado sistema hidráulico. Sin embargo, los registros de estos eventos no mencionan el uso de tiburones como parte del espectáculo.
Los combates simulados solían involucrar a prisioneros de guerra o criminales condenados que se enfrentaban en barcos, recreando batallas épicas. En algunos casos, los participantes podían ganar su libertad si demostraban valentía y habilidad en el combate. Aun así, la inclusión de animales marinos como tiburones no tiene precedentes históricos, lo que sugiere que esta adición es una licencia creativa del también director de Alien y Blade Runner para potenciar el dramatismo de la película.
Ridley Scott se ha destacado por combinar hechos históricos con elementos épicos en sus producciones, como lo demuestran películas previas como Cruzada y El último duelo. En Gladiator 2, secuela de la icónica película de 2000 protagonizada por Russell Crowe, su decisión de incluir tiburones podría interpretarse como una invitación a reimaginar el alcance del espectáculo romano, más allá de lo documentado.
Por otro lado, los registros históricos muestran que los romanos tenían un profundo interés por la naturaleza y eran capaces de transportar animales exóticos desde diferentes partes del imperio. Elefantes, leones, rinocerontes y otras bestias salvajes eran comunes en los juegos del Coliseo. Sin embargo, la logística de capturar, transportar y mantener tiburones vivos en un ambiente controlado habría sido un desafío mayúsculo incluso para los ingenieros romanos.
Es importante considerar que las naumaquias, aunque espectaculares, eran también extremadamente costosas, lo que las limitaba a eventos puntuales. La idea de incorporar tiburones, aunque plausible desde un punto de vista narrativo, parece más un reflejo de las ambiciones cinematográficas de Scott que una representación histórica exacta.