Hay actores que se vuelven emblemáticos por improvisar alguna frase dentro del set de grabación -como lo hizo Harrison Ford al interpretar al grandioso Han Solo dentro de Star Wars-, y hay quienes vuelven de su rostro y gestos faciales una característica particular -como lo hizo Clint Eastwood después de El bueno, el malo y el feo-, pero en la década de 1990 un actor inglés comenzó a abrirse camino en la televisión británica con papeles secundarios en comedias satíricas y series sobre la vida londinense, par después encontrarse en la cima de la fama por protagonizar una violenta persecución zombie.
Por eso, aunque al inicio de su carrera su rostro no era conocido más allá de entre los fans de programas locales y comedias románticas, su carisma y versatilidad le permitieron destacarse en cada proyecto, ganando la atención de productores y directores que hoy lo tienen como uno de los consentidos de las series para streaming.
Y es que con el paso de los años, poco a poco este actor amplió su presencia en producciones internacionales como las del cine francés, donde participó en comedias como Comme t’y es belle! y L'Arnacœur, compartiendo escena con figuras como Vanessa Paradis y Romain Duris. Su breve aparición en la comedia romántica Love Actually dejó una marca memorable en la memoria de los fans del amor, y dado que aquí consolidó su capacidad para transmitir emociones complejas en pocos minutos de pantalla, su fama creció.
Sin embargo, fue en 2010 cuando la carrera de este actor alcanzó una nueva dimensión con un cambio de registro que lo llevaría al estrellato internacional. Al asumir el papel de un valiente sheriff en The Walking Dead -adaptación televisiva del célebre cómic, de terror-, el intérprete se sumergió en el género de acción y horror, consolidándose como uno de los protagonistas más icónicos de la televisión contemporánea. En esta serie, su personaje enfrenta un mundo postapocalíptico repleto de zombis, desafiando constantemente los límites de la supervivencia y la humanidad.
Además, gracias a este proyecto Andrew Lincoln (cuyo nombre real es Andrew James Clutterbuck) se estableció definitivamente en Hollywood, siendo hoy en día ampliamente reconocido como el intrépido Rick Grimes.
El trayecto de Lincoln hasta convertirse en esta figura es digno de admirar, ya que su debut se remonta a 1994, cuando apareció en un episodio de la serie Drop the Dead Monkey, donde interpretó a un falso mafioso, y ahora -gracias a su versatilidad y dedicación-, logró convertirse en un actor multifacético, capaz de sobresalir tanto en el drama y el horror como en la comedia romántica.