En el mundo del entretenimiento, no sólo son las escenas como las de Titanic y El señor de los anillos se vuelven legendarias; también, la ropa que llevan los protagonistas se vuelven iconos de la cultura popular. Desde el vestido de Emma Watson en Harry Potter y el Cáliz de Fuego, la chaqueta negra de cuero de John Travolta en Vaselina, y el atuendo de Jennifer Lawrence que se prendía en llamas en Los juegos del hambre, la moda, el cine y la televisión están muy de la mano.
En el rubro de las tendencias y prendas, quien siempre ha destacado siempre ha sido Julia Roberts. De hecho, una de las combinaciones que definió tanto al cine de la época de los noventa como la forma de vestir del público, fue utilizada por la actriz de en múltiples ocasiones. En la actualidad, este estilo casual, fresco y simple ha sido duplicado por figuras como Sophie Turner, Kendall Jenner y hasta Kate Middleton.
En la década de los noventa, Julia Roberts brilló por adoptar un look que, gracias a su estética y elegancia, pasaría la prueba del tiempo. Un par de jeans rectos, una blusa o camisa blanca, tenis del mismo color, y una chaqueta o suéter encima, se transformaron en el emblemático vestuario de la actriz de La boda de mi mejor amigo. Sin saberlo, la influencia del estilo sereno y refinado de Julia Roberts se mantendría hasta el día de hoy, siendo visto en influencers, actrices y más figuras del espectáculo.
Una de las primeras veces que Julia se dejó ver con este atuendo fue después de Mujer bonita, cinta que le abrió paso a la fama mundial. Los ojos del mundo estaban puestos en ella y cada paso que daba era captado por los fotógrafos. Durante un paseo por el aeropuerto de Los Ángeles, la actriz de La sonrisa de Mona Lisa apareció en jeans azules, y blusa y tenis blancos, acompañada de un cárdigan de color negro.
Han pasado más de 30 años desde este instante y el "look Julia Roberts" es hoy uno de los estilos más populares en existencia. Comodidad, sencillez y minimalismo, son sólo algunos de los elementos que podrían describir esta combinación. No cabe duda que la actriz de Un lugar llamado Notting Hill definió la década con su gran sentido de la moda y su inolvidable sonrisa.