Pocas franquicias de ciencia ficción son capaces de alcanzar un legado tan grande como la de Matrix. Creada por Lana y Lily Wachowski a finales de la década de los noventa, la serie de películas interpretadas por Keanu Reeves dejó una marca imborrable en la cultura popular. Con movimientos en cámara lenta, atuendos de cuero negro y letras en color verde que invadían toda la pantalla, la cinta en la que toda la humanidad se ha convertido en una fuente de energía para mantener las máquinas "vivas", hizo pensar a más de uno que podríamos vivir en una especie de simulación.
No es ningún secreto que para imaginar un mundo tan complicado, con secuencias fantásticas, personajes muy peculiares y un estilo visual original, las hermanas Wachowski obtuvieron inspiración de muchos lugares, pero sobre todo, del género del anime. Aunque las cineastas sí estaban convencidas por completo del concepto de la película, no todos se encontraban en la misma sintonía, y uno de ellos era el mismísimo protagonista, quien no tenía mucha fe en que la película tuviera un impacto positivo en la audiencia.
Antes de comenzar el proyecto, Reeves no estaba del todo seguro que una película como Matrix, con temas filosóficos y existenciales, podría funcionar. Pero las hermanas Wachowski encontraron que una solución para convencer al también actor de La casa del lago era mostrándole algunas de las obras de anime que las inspiraron a ellas. Fue así que, luego de ser testigo de dos grandes películas del género, la estrella de Hollywood se convenció de que Matrix era justo lo que el mundo necesitaba.
De acuerdo con un reportaje de The Hollywood Reporter, las cineastas recomendaron a Reeves que viera dos de las mejores cintas en la historia del anime: Akira y Ghost in the Shell. "Estaba viendo anime en el Canal 79 y ni siquiera sabía qué era. Luego, cuando trabajé con las Wachowski en 'Matrix', me dijeron: 'Tienes que ver esto'", contó el actor de John Wick sobre un requisito muy especial por parte de las directoras del proyecto.
Akira, la película de 1988 a cargo de Katsuhiro Otomo en 1988, fue la primera que Reeves vio, la cual le ayudó a entender todo el potencial de Neo y el propósito de su existencia, dos elementos clave para que el personaje pudiera enfrentarse a la lucha que estaba por comenzar. Después, siguiente paso de Reeves fue Ghost in the Shell de Mamoru Oshii, obra de la cual las Wachowski tomaron prestadas ideas visuales para imaginar el viaje de Neo en un universo dominado por máquinas.
Luego de ver ambas películas, Reeves pudo entender a la perfección lo que las directoras estaban buscando en él y cómo debía proyectar las emociones de Neo. Tanto Akira como Ghost in the Shell se encuentran en Netflix para que las veas si es que quieres comprender con mayor profundidad el significado de Matrix