A lo largo de los años, el clásico del cine de terror Psicosis ha sido considerado intocable por críticos y amantes del cine. Dirigida por Alfred Hitchcock en 1960, la película fue revolucionaria tanto por su narrativa como por su estilo visual, que incluyó la icónica escena de la ducha con Janet Leigh. Esta escena, gracias a una innovadora técnica de edición, logró convencer al público de que presenciaba un violento asesinato sin mostrar explícitamente la violencia en pantalla. Con un presupuesto bajo para los estándares de Hitchcock, la película se convirtió en un fenómeno que, más allá de su éxito en taquilla, sentó las bases del cine slasher.
Para muchos, hacer una secuela de Psicosis parecía un acto de herejía, especialmente tras la muerte de Hitchcock en 1980. Sin embargo, Universal decidió en 1983 dar un nuevo capítulo a la historia de Norman Bates, y Psicosis II sorprendió a todos con una trama sólida y el regreso de Anthony Perkins en el papel de Bates. En esta secuela, dirigida por Richard Franklin y con guion de Tom Holland, Norman intenta rehacer su vida tras años en una institución psiquiátrica, pero nuevos eventos lo empujan a confrontar su pasado y su lado más oscuro.
Quentin Tarantino, quien ha dado su opinión sobre películas con regularidad, reveló en 2005 su sorprendente preferencia por Psicosis II sobre el clásico original. En el podcast History of Horror, dirigido por Eli Roth, Tarantino explicó que, a diferencia de la mayoría, no está “tan enamorado de Hitchcock” ni del Psycho original. Para él, Psicosis II logra una narrativa aún más profunda, en gran parte gracias a la dirección de Franklin, a quien el director admira desde su trabajo en la película Road Games.
Anthony Perkins en ‘Psicosis II’: La actuación que fascinó a Tarantino
Uno de los puntos más destacables para Tarantino es la interpretación de Anthony Perkins. En sus palabras, “es una de las mejores interpretaciones principales en cualquier película de terror jamás hecha”. Según el director de Pulp Fiction y Kill Bill, Perkins dota a Norman Bates de una nueva dimensión, mostrando un conflicto interno que conecta al espectador emocionalmente con el personaje. El público, a pesar de conocer el pasado homicida de Bates, siente empatía por su esfuerzo por redimirse, un aspecto que enriquece la experiencia de la secuela.
La trama lleva al espectador a cuestionarse la salud mental de Norman, ya que, tras su regreso al Bates Motel y a su hogar, comienza a recibir cartas amenazantes y vislumbra a una figura femenina en la ventana de la habitación de su madre. Este misterio es clave en la secuela, pues se construye con suspenso y respeto al material original, creando una atmósfera cargada de intriga.
Para el autor de Perros de reserva y Bastardos sin gloria, el trabajo de Franklin y Holland representa un logro en sí mismo, pues logran captar la esencia perturbadora de la obra original sin intentar imitarla. Por supuesto, Psicosis II nunca alcanzó la misma aclamación que el original de Hitchcock, pero la opinión de Tarantino ha ayudado a que esta secuela gane un lugar especial en el género del terror. La película, a pesar de las críticas iniciales, ha sido revalorada como un proyecto ambicioso que sigue despertando el interés de nuevas generaciones de cinéfilos y críticos.