Una de las películas que estrenaron en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2024 y formaron parte de la competencia a Mejor largometraje mexicano, fue Violentas mariposas. Junto a La cocina y Sujo, esta cinta recibió la atención del público en el evento cinematográfico e incluso ganó el premio a Mejor actriz durante la entrega de galardones el viernes 25 de octubre.
Violentas mariposas narra la historia de un grafitero y una cantante de punk, quienes se conocen en medio de una crisis social, pero encuentran el amor a pesar de la desesperanza. Aunque la revolución y su espíritu de protesta gobierna sus pensamientos, sus ideales de lucha cambian radicalmente luego de convertirse en víctimas de tres policías corruptos. “Cuando la justicia está ausente, la venganza es un acto de fe”, se lee en la sinopsis del proyecto.
En entrevista exclusiva para Sensacine Latam, el director Adolfo Dávila nos contó que Violentas mariposas nació de la inquietud de retratar de forma activa y crítica lo que piensan los jóvenes de la realidad en la que viven. “Quería hablar de la constante injusticia en la que vivimos como sociedad y la carencia total de impartición de justicia, que parece no cambiar”, aseguró.
Esta película es el debut directorial de Dávila, así como el primer rol protagónico de Diana Laura Di, quien ganó el premio a Mejor actriz gracias a su interpretación como Eva; una chica que lucha por las causas feministas y tiene fe en que los procesos legales darán solución a las víctimas de diversos crímenes en México. De acuerdo con el director, Di piensa que la película es una herida colectiva, pero a pesar de la violencia gráfica que se presenta, es necesaria abordarla para denunciarla ante las autoridades.
Esta herida colectiva de la que se habla y que viven tantas mujeres en México se plasma en una manifestación gigantesca cada 8 de marzo. Necesita un desahogo.
Dávila reveló que las situaciones que se muestran en el largometraje son necesarias para entablar una conversación sobre lo que está mal en el país: “Toda esa situación requiere de una perspectiva más dura y crítica, y a mí me interesa que se genere esa discusión después de ver la película”, continuó, “Pareciera que en México quisiéramos suavizar nuestra realidad y negarla, pero esa misma negación nos conlleva una serie de normalizaciones que no están bien y hemos aceptado por años”.
En la película se habla de una serie de síntomas a los que parecemos habernos sometido, cuando en cualquier otra parte del mundo no están bien.
Violentas mariposas, en esencia, es un retrato del mundo real que experimentan millones de mexicanos díariamente: “Hay gente que ni siquiera cree que es una realidad, pero nosotros la vivimos cada día y es normal”. En palabras del cineasta, esta película es una prueba más de que es necesario hablar de la impunidad para contrarrestarla, aún cuando eso signifique tomar venganza con las propias manos. “Para que exista un cambio, se tiene que hablar y actuar. Nosotros como sociedad debemos exigir que se reparta justicia”.