Después de algunos años de sumergirse por completo en la realización de Megalópolis, Francis Ford Coppola ya está presentando su largometraje en diversas salas de cine y en esta ocasión ha llegado al Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2024, donde Liv Tyler y Alexander Payne forman parte del jurado.
El legendario cineasta comentó cómo Megalópolis fue un proyecto que significaba riesgo, pero razonó que es un elemento inseparable del cine. Lo mismo le pasó con una de sus obras más aclamadas: la trilogía basada en la novela de Mario Puzo. “Ninguna de las películas que he hecho apuntaban para ser exitosas. Casi me despiden por El Padrino porque me dijeron que no iba a funcionar y, por suerte, fue un éxito. La razón por la que la odiaban fue porque la historia no se desarrollaba como la gente quería. Pero no podemos hacer películas para cumplir con lo que los demás quieren ver”.
Megalópolis, que recientemente estrenó en salas de cine en Estados Unidos, fue considerado uno de los fracasos en taquilla más grandes del 2024, pero Coppola señaló que nadie conoce cuál es el factor que asegura el triunfo de una película, “¿Quién realmente sabe que es una buena película? ¿Quién realmente sabe que una película será un éxito a la hora de filmarla? Nadie sabe, pero esa es la magia de este arte, el cine”, aseguró.
En cuanto a la historia que envuelve la distopía de su cinta, Coppola lo vinculó con la sociedad occidental de hace siglos. “Lo que pasó en Roma miles de años atrás, fue muy interesante porque ellos odiaban la idea de tener un rey. Pero el sistema era corrupto y en lugar de que los senadores atendieran al pueblo, veían por sus propios intereses”. Además, lo relacionó con el estatus actual de Norteamérica: “Lo que pasa en Estados Unidos, es como la antigua Roma, quienes gobiernan están más preocupados por sus propias riquezas y conseguir poder que por atender sus deberes con las personas”.
El director de Apocalipsis ahora y La conversación también habló sobre la importancia de trabajar como sociedad y familia. “No hay nadie en este cuarto que no sea mi primo, no hay nadie en África o China que no sea mi primo. Nos vemos diferentes, pero somos una familia de genios. Ninguna criatura en el mundo puede hacer lo que nosotros, los humanos, hacemos”; señalando, asimismo, la capacidad que tiene el ser humano para hacer arte y vivir en comunidad, “Todas las personas tenemos un don, en cualquier parte del mundo, el problema es que la gente no recibe la educación o atención que todos merecemos para explotarlo. En Megalópolis justamente retratamos cómo el sistema nos trata como ovejas, pero no lo somos”.