El mundo del anime está repleto de personajes increíblemente fuertes que presumen su poder en impresionantes enfrentamientos como Naruto, Saitama de One Punch Man y Goku, incluso en su versión mini de Dragon Ball: Daima. Sin embargo, la realidad es que ninguna de estas tres series contiene al personaje más fuerte de todos pues fue Kinoko Nasu quien se encargó de crear a la verdadera protagonista que puede presumir este título.
Antes que nada, hay que mencionar que no se trata de un ser omnipresente al estilo de dioses como en Record of Ragnorok o historias similares, sino que es una humana que posee una fuerza capaz de matar incluso a los mismos dioses. Se trata de Ryōgi Shiki, personaje central del anime Kara no Kyoukai también llamado The Garden of Sinners o Rakkyo que como Demon Slayer o Jujutsu Kaisen trata con elementos demoníacos y sobrenaturales.
Shiki es una la joven portadora de los Ojos Místicos de la Percepción de la Muerte, una habilidad sobrenatural que le permite ver la mortalidad inherente de todo ser del planeta en forma de líneas. Como las moiras de Hércules esto le permite simplemente cortarlas, destruyendo así la existencia del ser, objeto o hasta algún concepto.
Conectada a un nivel abstracto de la existencia, Shiki tiene la capacidad de hacer absolutamente cualquier cosa que desee; puede reestructurar las leyes que gobiernan la materia atómica, retroceder en el tiempo para cambiar la evolución y el desarrollo de toda la vida, y reconstruir los órdenes y leyes del mundo. En pocas palabras es capaz de aniquilar el mundo que conocemos y crear uno nuevo desde cero.
Y por si eso no fuese suficiente, la protagonista de este anime disponible en Crunchyroll también es una digna rival en enfrentamientos cuerpo a cuerpo pues presume de un excelente combate, visión estratégica y habilidad con diferentes armas. Y como extra tiene un brazo protésico mágico que puede agarrar a distancia cosas físicas e incluso objetos intangibles, como fantasmas. Con esta sorprendente carta de presentación es difícil encontrar a otro humano que pueda sobreponerse a sus habilidades.