Stephen King conoce el terror. El autor superventas ha estado asustando a la gente durante más de 50 años, y la mayoría de sus libros han sido adaptados en películas memorables como Carrie y El resplandor. Por ello, las opiniones de King sobre el género suelen captar mucha atención. Tiene un libro entero sobre el arte del terror (Danza Macabra, publicado por primera vez en 1981), y frecuentemente comparte sus puntos de vista sobre películas de horror.
En un nuevo ensayo, publicado en Variety, King aborda un tema delicado: la película más aterradora jamás hecha. El autor de It y Misery es lo suficientemente astuto como para reconocer que el concepto de “la más aterradora” es relativo. “Mi conclusión es que lo ‘más aterrador’ varía según la edad del espectador”, escribe King. “Cuando tenía 16 años, la película más aterradora era The Haunting (dirigida por Robert Wise). Como adulto, fue El proyecto de la bruja de Blair, con ese creciente sentido de fatalidad y esos verdaderamente horribles últimos 35 segundos”.
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El rey del terror elige la película que más lo ha perturbado: descubre cuál es
King menciona El proyecto de la bruja de Blair en Danza Macabra, revelando: “Puede que sea la única vez en mi vida que dejé una película de terror a la mitad porque estaba demasiado asustado para continuar”. Sin embargo, El proyecto de la bruja de Blair no es la película de terror que ahora ha elegido como “la más aterradora jamás hecha”. En cambio, King destaca la obra maestra de bajo presupuesto de George A. Romero, el clásico de 1968 titulado La noche de los muertos vivientes.
El cine de zombis, como subgénero del terror, tal como lo conocemos, no existiría sin La noche de los muertos vivientes. Claro, Romero no fue la primera persona en hacer una película de zombis (en 1932, el mismo Drácula, Bela Lugosi, protagonizó la película de terror White Zombie), pero prácticamente todo lo que asociamos con una película de zombis proviene del clásico de Romero. Hecha con un presupuesto muy bajo, la película trata sobre un grupo de personajes atrapados en una casa mientras los muertos vivientes, extremadamente letales, merodean a las afueras.
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La película de Romero fue innovadora por muchas razones, incluida el hecho de que el héroe, Ben, fue interpretado por un actor negro, Duane Jones. Romero declaró que simplemente eligió a Jones porque era el mejor para el papel, no para hacer ninguna declaración. Sin embargo, la idea de un protagonista negro en esta situación en 1968 fue un gran acontecimiento, lo que añade un toque de comentario social, especialmente por la forma en que el grosero (y blanco) personaje Cooper (Karl Hardman) no quiere escuchar a Ben cuando él trata de tomar el control de la situación.
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“Al final, nadie sobrevive”, escribe King (¿spoiler, quizás?). King añade que La noche de los muertos vivientes “ha perdido su poder elemental con el paso de los años... pero aún recuerdo el terror impotente que sentí cuando la vi por primera vez”. Cuando La noche de los muertos vivientes se estrenó en un puñado de cines en 1968, se convirtió en una sensación, recaudando más de 250 veces su presupuesto en taquilla. Se convirtió en un clásico del terror, y Romero continuaría creando una serie de secuelas, incluyendo la aclamada El amanecer de los muertos.
