"[Esta película] quiero que la vea todo mundo. Se trata de una cinta que no tiene un solo mensaje, sino muchos. Cada persona que se siente a verla va a encontrarse con una posibilidad de tener reconciliación en la vida. No solo con los seres humanos, sino con tu entorno y con tu planeta", expresó la maestra Adriana Barraza cuando, en entrevista exclusiva para SensaCine México, la cuestionamos sobre qué reflexiones se llevaba para su propia persona después de haber participado en un proyecto tan lindo y emotivo.
Mi amigo el pingüino ha llegado a los cines de nuestro país, dirigida por David Schurmann y contando con las actuaciones protagónicas de Jean Reno y Adriana Barraza. Basada en la historia real del pescador João Perei de Souza y el pingüino Dindim, que se volvió viral en 2016, la película se centra en un pescador brasileño, quien descubre a un pingüino herido flotando solo en el océano, cerca de la muerte y cubierto de petróleo de un derrame. El hombre rescata al animal y lo rehabilita, forjando una amistad poco convencional que durará toda la vida.
Habiendo recibido una aclamación universal y teniendo 85% y 97% de aprobación por parte de la crítica y el público, de manera respectiva, en el sitio de Rotten Tomatoes, no cabe ninguna duda de que Mi amigo el pingüino es uno de los filmes más tiernos y entrañables de todo el año. Al tratarse de una cinta independiente y con poco presupuesto de por medio, muchos podrían preguntarse si la producción realmente utilizó pingüinos de carne y hueso para el rodaje. Esto fue lo que Adriana Barraza nos compartió al respecto:
"Todos los pingüinos son rescatados y protegidos. Para trabajar con ellos había que tener un protocolo, en el que todos teníamos que guardar silencio cuando los llevaban al set. Tampoco teníamos que movernos mucho y el suelo se debía estar limpiando constantemente para que no se enfermaran. Tener todo eso nos daba una mística que muchas veces se ve perdida en nuestro día a día", explicó la talentosa actriz oriunda del Estado de México.
Asimismo, Adriana comparte que ser parte de este proyecto implicó trabajar con mucha delicadeza en todo momento, pues los pingüinos estaban sueltos en la casa que se utilizó como locación. Del mismo modo, todos los actores debían seguir rigurosas indicaciones a la hora de interactuar con los animales, pues debían ser agarrados de determinadas formas para no lastimarlos o estresarlos.
Posterior a haber vivido una experiencia tan única e incomparable como esta, la intérprete de Maria Pereira de Souza asegura que todos los miembros del crew terminaron siendo mejores seres humanos una vez que el rodaje llegó a su fin, pues todos aprendieron a ser respetuosos con la naturaleza. "Para mí, esto fue un regalo hermoso de la vida", concluyó la maestra Barraza.