Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez continúa arrasando en Netflix luego de su estreno la semana pasada y los espectadores siguen investigando sobre todo lo polémico que rodea el caso. Las producciones true crime como Dark Waters, Watcher y Unbelievable siempre despiertan el interés de las audiencias por conocer lo que se encuentra detrás de la historia real, pero el retrato de Ryan Murphy sobre este homicidio de los 80 ha resultado bastante polémico.
Desde la manera en que filma los cuerpos de los actores Cooper Koch y Nicholas Alexander Chavez, hasta la dirección en las interpretaciones, el público ha señalado que Murphy manipuló la historia a su conveniencia para mostrar un relato homoerótico de los hermanos; además de que critican que se les denomine como Monstruos, pues fueron víctimas de abuso sexual.
Uno de los problemas más discutidos en redes sociales es la manera en que se trata el tema del abuso que sufrieron Erik y Lyle Menendez, pues aunque ambos declaran que fueron víctimas de ello, también se muestra que están actuando durante los testimonios y que incluso pueden fingir sus lágrimas. Es por esto que algunos se han preguntado “¿realmente ocurrió el abuso?”, de acuerdo con información brindada por el canal de YouTube CharlieTales, hay una carta que revela el pavor que uno de ellos tenía por sus padres.
La carta fue enviada por Erik Menendez a su primo Andy Cano en diciembre de 1988, un año antes del homicidio. De acuerdo con el canal de YouTube, esta carta fue descubierta recientemente y en ella se describe el miedo que Erik tenía hacia su padre, así como por su vida. “He estado tratando de evitar a papá. Todavía está sucediendo, Andy, pero es peor para mí ahora. Nunca sé cuándo va a pasar, y me está volviendo loco. Todas las noches me desvelo pensando que puede entrar. Tengo miedo”, se leía en el escrito.
Erik también externó su desconcierto por lo que podría pasar si le decía a alguien más sobre lo que ocurría, especialmente su hermano: “Tú no lo conoces como yo. Está loco. Me ha advertido cientos de veces que no se lo diga a nadie, especialmente a Lyle”. Después de conocer el contenido de esta carta y ver los testimonios del juicio real, parece estar más que claro que el abuso sexual y emocional que Erik y Lyle sufrieron fue lo que los orilló a realizar el crimen.