Michael Keaton ha tenido una carrera versátil y sorprendente, marcada por una habilidad única para reinventarse en la pantalla. Aunque muchos lo recuerdan por su faceta cómica en los años 80, con películas como Gung Ho y Mr. Mom, fue su inolvidable interpretación en Beetlejuice la que consolidó su estatus como uno de los actores más carismáticos de su generación. Dirigida por Tim Burton, esta película le permitió a Keaton explorar un personaje excéntrico y desbordante, cuya caótica energía y humor oscuro dejaron una marca en la cultura popular.
Algunas películas de Keaton, que inicialmente no fueron bien recibidas, han tenido una segunda vida, como Jack Frost, una fantasía navideña que, a pesar de fracasar en taquilla, se ha convertido en un clásico de la época. Un ejemplo más reciente es Asesino: Misión venganza, donde Keaton interpreta a un curtido agente de operaciones especiales. Aunque la película no causó gran impacto en su estreno en 2017, su popularidad ha resurgido inesperadamente en Netflix, convirtiéndose en una de las más vistas en la plataforma.
Michael Keaton y Dylan O'Brien en la nueva sorpresa de Netflix
En Asesino: Misión venganza, dirigida por Michael Cuesta, Keaton interpreta a Stan Hurley, un agente de operaciones especiales que entrena a Mitch Rapp, un joven experto en contraterrorismo interpretado por Dylan O'Brien, quien se enfrenta a un profundo deseo de venganza tras la muerte de su novia en un ataque terrorista. O'Brien, conocido por protagonizar la saga Maze Runner y la serie Teen Wolf, se destaca en este papel, mostrando una evolución actoral significativa, alejada de su imagen de ídolo juvenil.
El éxito inesperado de Asesino: Misión venganza en Netflix se ha convertido en una sorpresa tanto para Keaton como para O'Brien, pues la película, basada en la novela homónima de Vince Flynn, no logró el impacto esperado en su estreno. Sin embargo, gracias a la exposición masiva en la plataforma, ambos actores han recibido un renovado reconocimiento por sus actuaciones, destacando la dinámica entre ellos, que resulta en una de las claves del éxito del filme.
Keaton, quien ya había demostrado su capacidad para transformar roles dramáticos en títulos como Clean and Sober, Batman y Birdman, aporta a su personaje de Stan Hurley un carisma oscuro y complejo. Este agente veterano, marcado por los horrores de la Guerra Fría, es a la vez mentor y figura paternal para el joven Mitch Rapp, quien debe aprender los límites de la moralidad en su misión de detener una amenaza nuclear.
Por su parte, Dylan O'Brien se enfrenta al reto de sostener el peso emocional de su personaje. Mitch Rapp, con su deseo implacable de venganza, muestra una vulnerabilidad que O'Brien proyecta de manera efectiva, creando empatía en el espectador. El actor logra darle profundidad a su rol, demostrando que está preparado para más papeles de acción y drama en el futuro.
El contraste entre los estilos de actuación de Keaton y O'Brien genera una tensión palpable a lo largo del filme, con Keaton aportando la experiencia de su personaje y O'Brien la impulsividad juvenil. Esta relación maestro-aprendiz es central para la narrativa de Asesino: Misión venganza y es lo que ha mantenido a los espectadores de Netflix enganchados a la película.