A principios de los años noventa, Steven Spielberg adquirió los derechos del libro infantil Shrek! de William Steig, con la intención de convertirlo en una película animada. Esta versión sería la de una película en 2D, con un estilo de animación que era popular en esa época. Sin embargo los misterios del destino terminaron haciendo que la producción pasara a DreamWorks y surgiera el clásico de fantasía que todos conocemos.
Además, los planes que Spielberg tenía para los protagonistas también nos dan indicios de lo distinta que pudo ser esta producción, ya que en ella habríamos tenido a Bill Murray como Shrek, mientras que Steve Martin daría vida a Burro. Por otra parte, la animación iba a ser más tradicional y sin los avances tecnológicos que luego marcarían la película final.
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Así es que cuando DreamWorks Animation apareció, este estudio emergente recibió la oportunidad de hacerse cargo de la película y encargar el proyecto a Jeffrey Katzenberg, quien le dio un giro al enfoque original y optó por utilizar animación por computadora en lugar de la animación 2D. Esto le permitió darle una nueva dimensión visual a los personajes, haciéndolos más realistas y expresivos, lo que fue clave para el éxito de la película.
Luego, la película Shrek finalmente se estrenó en 2001, y no solo redefinió el género de películas animadas, sino que también cambió la industria de la animación por computadora gracias a su humor irreverente y sus innovaciones tecnológicas. También se convirtió en un éxito rotundo tanto de crítica como de taquilla, y ganó el primer premio Óscar a Mejor película animada.
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Aunque la visión original de Spielberg nunca se materializó, la versión de DreamWorks tuvo un impacto cultural y financiero enorme que la han vuelto un clásico que no te puedes perder en streaming. Muy pronto se estrenará la quinta parte de esta saga, así es que te recomendamos dirigirte a Netflix cuanto antes para verla. ¡No te la pierdas!