Habiendo dirigido únicamente 13 largometrajes en casi medio siglo de trayectoria profesional, sin lugar a dudas Stanley Kubrick es uno de los más grandes cineastas que han existido. Con un estilo tan perfeccionista, que incluso hasta rayaba en lo obsesivo, y un ojo meticuloso que no dejaba nada al azar en ninguna de sus tomas, la obra de Kubrick es una que se sigue manteniendo vigente hasta nuestros días, 25 años después de su fallecimiento.
Por supuesto que todos en algún momento hemos llegado a ver 2001: Odisea del espacio, El resplandor, La naranja mecánica, Barry Lyndon o Lolita, pues cada una de sus películas están impregnadas en el ADN de la cultura cinematográfica mundial.
Para muchas personas, varias de las cintas de Stanley Kubrick son consideradas como algunas de las mejores de la historia, pero, ¿cuál piensas tú que era la mejor película de todos los tiempos para el propio Kubrick? ¿Acaso será algún film de Orson Welles, Andréi Tarkovsky o Akira Kurosawa?
Para sorpresa de muchos, el largometraje preferido de Stanley Kubrick era un musical. Estrenada en 1979, All That Jazz fue dirigida por Bob Fosse, teniendo a Roy Scheider a la cabeza de su elenco. De acuerdo con la biografía de Kubrick, escrita por John Baxter, esta película le fue de utilidad para procesar sus propias experiencias en el mundo del espectáculo.
Esta elección puede parecer impactante a primera vista, pues aunque la música juega un papel importante en las películas de Kubrick, el realizador no era precisamente alguien adepto a cantar o bailar. All That Jazz fue ganadora de cuatro premios Oscar, triunfando en las categorías de Mejor banda sonora, Mejor dirección artística, Mejor diseño de vestuario y Mejor edición, además de haber sido nominada a cinco estatuillas más.
La historia de All That Jazz sigue al coreógrafo y director, Joe Gideon (Roy Scheider), quien está preparando un nuevo espectáculo en Broadway. Su ex esposa, Audrey Paris (Leland Palmer), y su amante, Angelique (Jessica Lange), también están involucradas, lo que inevitablemente llevará a un conflicto entre los tres.
Por años los fans han tratado de descifrar por qué esta cinta en concreto dejó tan fascinado a Kubrick. Tal vez el explorar la psicología de un artista consumido por el estrés personal y profesional, y por numerosos vicios, fue lo que atrapó por completo al director de Full Metal Jacket y Eyes Wide Shut.
Por desgracia, nunca podremos saber con exactitud los motivos, ya que la información solo proviene de segunda mano y no hay ninguna cita en la biografía con la que Kubrick explique su elección con más detalle.