El cine documental mexicano ha consolidado su relevancia en la última década gracias a obras que exploran la realidad social, política y cultural del país desde perspectivas únicas. Películas como La libertad del diablo de Everardo González, Trópico de cáncer de Eugenio Polgovsky y En el hoyo de Juan Carlos Rulfo han puesto en el mapa internacional la riqueza narrativa y visual del documental mexicano. Recientemente, títulos como Frida de Carla Gutiérrez han reafirmado el talento y la sensibilidad de cineastas que abordan temas tan diversos como la memoria histórica.
En este contexto, la llegada de una nueva película de Tatiana Huezo, considerada una de las documentalistas más importantes de la actualidad, ha generado gran expectación. Huezo, cineasta salvadoreña con una carrera desarrollada mayormente en México, ha sido reconocida por su capacidad para retratar historias íntimas y desgarradoras, combinando un estilo poético con una mirada crítica.
La directora se ha destacado por su sensibilidad al explorar temáticas complejas relacionadas con la violencia, el trauma y la resistencia. En El lugar más pequeño, Huezo narra la historia de un pueblo salvadoreño devastado por la guerra civil, mientras que en Tempestad, se adentra en las cicatrices dejadas por la violencia sistémica en México. Su incursión en la ficción con Noche de fuego (disponible en Netflix) fue un éxito rotundo, llevándola a recibir premios en festivales de todo el mundo, incluyendo una mención especial en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes 2021.
Ahora, tras su paso por reconocidos festivales internacionales como Berlín, San Sebastián y Hong Kong, llega, a las salas de Cinépolis y Cinemex, El Eco, el nuevo documental de Huezo que ha conquistado a la crítica y al público. La película se ambienta en un pequeño pueblo rural de Chignahuapan, Puebla, y ofrece un retrato íntimo de tres familias locales, explorando la vida cotidiana en medio de paisajes majestuosos y dinámicas sociales arraigadas. A través de la historia de personajes como Montse, una adolescente en plena transición hacia la adultez, y su abuela Ángeles, Huezo captura la intersección entre lo personal y lo colectivo.
Tatiana Huezo presenta ‘El Eco’, un retrato poético de la vida rural mexicana
En El Eco, la aclamada documentalista mezcla elementos de ficción y documental, utilizando una estética cinematográfica que difumina las fronteras entre ambos géneros. Con una fotografía de Ernesto Pardo que destaca la belleza natural del entorno y una narrativa que combina momentos de ternura con escenas de cruda realidad, el filme se convierte en una reflexión sobre la vida en el campo y la lucha de las mujeres por desafiar los roles patriarcales que les han sido impuestos.
El documental también se destaca por su riqueza sensorial, con un diseño de sonido que transporta al espectador al mundo rural a través de los sonidos de la naturaleza, el galope de caballos y los susurros del viento. Al abordar temas como la violencia de género, la transmisión de valores entre generaciones y la relación de los seres humanos con la tierra, El Eco ofrece un retrato multifacético de la vida en el campo mexicano, donde la dureza del entorno convive con momentos de profunda humanidad.