No importa qué tan buena película sea o si su propuesta cinematográfica es novedosa, nadie puede asegurar el éxito de una cinta frente a las audiencias, la crítica y en taquilla. Tan solo este año hemos visto fracasos abismales como Furiosa: de la saga Mad Max, largometraje de George Miller que tardó 10 años en llegar a la pantalla grande y que no recaudó lo que se esperaba, ni siquiera al contar con la actuación protagónica de Anya Taylor-Joy.
Hay otras películas que son un fracaso por ser tan malas, pero que eventualmente se consideran joyas del cine por lo desatinadas que son. The Room de Tommy Wiseau es un ejemplo de ello, pero ¿qué pasa con las cintas de ciencia ficción? Su destino es similar y mucho más frecuente, pues el uso de efectos visuales y el avance de la tecnología a veces juegan en contra de estas producciones que quieren lucir vanguardistas.
Una de las cintas que sufrió este resultado fue Final Fantasy: El espíritu en nosotros, producción cinematográfica dirigida por Hironobu Sakaguchi que fue animada por computadora, tal como se acostumbraba en los videojuegos de la famosa saga. Llegó a cines en 2001 y consolidó el primer esfuerzo por crear personas animadas fotorrealísticamente. A pesar de sus intentos por hacer algo novedoso en el cine, la película fracasó rotundamente en taquilla.
El largometraje protagonizado por Ming-Na, Alec Baldwin y Steve Buscemi marcó pérdidas de más de 120 millones de dólares que desencadenaron en la declaración en bancarrota de Square Pictures, que además provocó la fusión de Squaresoft y Enix, creando así Square Enix. Si bien es declarada por muchos como un error gigantesco que no tiene que ver con la saga, hay quienes consideran que se trata de una obra incomprendida.
A diferencia de Final Fantasy: Advent Children, El espíritu entre nosotros mostró una historia densa y seria que se ambientó en el espacio y que fue compleja de ser aceptada por los espectadores. Quizás a 23 años de su lanzamiento, los espectadores podrían darle una segunda oportunidad, tal como le han sucedido a otros filmes legendarios, y olvidarse de la etiqueta de “una de las peores películas de la ciencia ficción.