Una de las duplas más famosas y queridas del cine en Hollywood es la conformada por Matt Damon y Ben Affleck, el par de mejores amigos que trasladaron su amistad a la pantalla grande y que han permanecido juntos a lo largo de décadas para presentar películas como Air, El último duelo y, por supuesto, Mente indomable.
La cinta dirigida por Gus Van Sant es considerada un clásico del cine noventero y ganó dos premios Oscar; uno para Robin Williams por su actuación secundaria, y otro para Affleck y Damon por Mejor guion original. Conocida originalmente como Good Will Hunting, esta producción fue un proyecto muy importante en la carrera de ambas estrellas, pues era la primera historia que escribían para el cine y que ambos protagonizaron.
En 1997, Ben Affleck y Matt Damon apenas comenzaban a hacerse de un nombre en la industria cinematográfica, así que una de sus intenciones era protagonizar su propia historia, pero sabían que sería complicado conseguir el dinero de parte de los estudios, pues nadie los dejaría hacerlo al no contar con la fama necesaria para vender la película a las audiencias. Es por eso que al escuchar que Quentin Tarantino ganó unos cuantos millones más para realizar su debut cinematográfico, Perros de reserva, al conseguir a Harvey Keitel, ellos decidieron encontrar a su propio Keitel.
La idea era que el actor que ha aparecido en Pulp Fiction y Taxi Driver se convirtiera en el terapeuta que aparece en Mente indomable, pero no lograron que así sucediera y fue cuando Robin Williams se quedó con el papel de Sean Maguire, por el cual fue galardonado durante la premiación de La Academia. La anécdota fue recordada por Damon durante una entrevista con GQ en 2021:
Miramax
Escribimos ese papel que finalmente interpretó Robin [Williams] y lo llamamos el papel de Harvey Keitel. Estábamos buscando un actor que pudiera conseguirnos dinero porque Ben y yo queríamos protagonizar la película y sabíamos que no valíamos nada. Así que necesitábamos involucrar un gran nombre
El actor principalmente recordado por Jumanji y La sociedad de los poetas muertos ejecutó una de sus actuaciones más memorables y se ganó la estatuilla más importante del cine por ella, al igual que Affleck y Damon, quienes no consiguieron a Keitel para su querido proyecto, pero iniciaron el pie derecho su carrera como guionistas en Hollywood.
