Catalogada como una de las mejores películas estadounidenses del siglo XXI, Red social es una clase magistral de dirección, actuación y, sobre todo, guionismo, que resultó en una de las experiencias de visualización más únicas e indelebles de su generación. Esto resulta casi apropiado, considerando su trama sobre Facebook, la plataforma social más impactante jamás creada, que definió a la generación mencionada.
El aclamado director David Fincher, quien imprimió su sello en el proyecto escrito por Aaron Sorkin desde la primera escena, obtuvo nominaciones al Mejor Director en múltiples asociaciones de premios y, en el camino, llevó a los actores en el set a un reconocimiento generalizado. En la escena inicial, los personajes destacados son Mark Zuckerberg y Erica Albright.
David Fincher y Aaron Sorkin: El dúo detrás de la maestría en ‘Red social’
Mark es interpretado por Jesse Eisenberg, mientras que Erica es interpretada por Rooney Mara. Y son los únicos dos personajes en el intercambio de palabras. Es una escena de seis minutos de duración que requirió un total de 99 tomas para lograrla, con Fincher poniendo una cámara tanto en Mara como en Eisenberg para facilitar los ritmos y superposiciones del lenguaje de Sorkin.
Por lo tanto, todo lo que hicieron esos actores fue capturado. No se perdieron momentos. Fincher también instruyó a los extras para que hablaran a pleno volumen para crear una sensación de realismo para los actores. No estaban en un set silencioso, sintiendo la presión, sintiendo el enfoque dirigido hacia ellos. Estaban inmersos en la escena, sumergidos en su conversación.
El guionista Aaron Sorkin ha construido esencialmente una carrera al dominar el elemento del diálogo. Las conversaciones de sus muchos personajes absorbentes, típicamente basados en figuras influyentes o controvertidas de la vida real, establecen un tono tangible desde el principio, proporcionando un cierto ritmo a la película. Y el flujo resultante es uno de los ejemplos más relevantes de dinamismo en el diálogo que jamás se haya visto en la pantalla grande.
Stanley Kubrick filmó infamemente numerosas tomas dolorosas de Shelley Duvall en El resplandor mientras blandía un hacha para defenderse de su esposo maniático y encerrado. Los registros varían en el número legítimo, pero también está Luces de la ciudad de Charlie Chaplin. Una escena de la película silente fue filmada 342 veces distintas, manteniendo el récord hasta hoy. Impresionante, pero quizás por las razones equivocadas.
Podrías considerar todos estos esfuerzos valiosos al final, considerando la fama de sus respectivas escenas. Pero, en definitiva, hay una razón más sólida para que Fincher intentara tantas tomas. Considerando la naturaleza de la bestia, es decir, el guión de Sorkin, el número absurdo de tomas comienza a tener sentido al final.
Gran parte del reconocimiento que ha recibido la película probablemente se deba al diálogo dinámico de la escena de apertura que avanza a una velocidad vertiginosa. Estableció un ritmo para toda la película, estableció un tono que solo florece a la mitad de su fascinante trama. Y cuando el último cuadro se corta y los créditos ruedan, su estilo general de narración resonará durante años.