Hugh Jackman ha regresado a su papel más prolífico con el reciente estreno de Deadpool & Wolverine. La película, que ya puedes ver en Cinépolis y Cinemex, marca su décima aparición como Logan, haciendo de Wolverine la interpretación más icónica de su carrera. Sin embargo, el mejor papel actoral de Jackman, que también ha incursionado en la ciencia ficción con La fuente de la vida y en el musical con El gran showman (ambas en Disney+), se encuentra en un intenso y vibrante thriller.
En la película de 2013 dirigida por Denis Villeneuve, Prisioneros, Jackman interpreta a Keller Dover, un hombre que toma la justicia por su cuenta después de que su hija de seis años es secuestrada cerca de su hogar. Jake Gyllenhaal encarna al detective Loki, un dedicado policía que intenta resolver el caso mientras mantiene a Dover alejado de decisiones impulsivas que podrían poner en peligro la investigación.
¿Qué hace que la actuación de Hugh Jackman en ‘Prisioneros’ sea destacada?
Jackman siempre ha interpretado la ira de manera increíble. Esto se puede ver en cada una de sus apariciones como Wolverine, especialmente en Logan de James Mangold. Pero la ferocidad de Keller Dover, un hombre desesperado que siente que realmente no tiene nada que perder en la búsqueda de su hija, saca una ira aún más realista y convincente en Jackman, que es a la vez conmovedora y aterradora.
Dover pierde la fe en cada sistema y faceta de su vida en medio de una situación desesperada, lo que lo lleva a cuestionar su propia moralidad. Dover termina secuestrando a un sospechoso que se pensaba estaba involucrado en la desaparición de su hija, pero que fue liberado por falta de pruebas. Este hombre, interpretado por Paul Dano, es torturado por Dover en una casa abandonada en un esfuerzo por averiguar el paradero de su hija.
Jackman explora profundamente la psique de Dover, oscilando entre la rabia salvaje y la desesperación. En una de las escenas más devastadoras, Dover se sienta frente a Loki y observa fotografías de ropa de niños cubierta de sangre. Dover reconoce una prenda, cree que su hija puede estar muerta y, señalando suavemente la foto, dice “tú dejaste que esto pasara” antes de levantarse y marcharse.
El éxito de películas como Prisioneros se debe a su intrigante historia, elocuente dirección y sólidas actuaciones. Jackman y Gyllenhaal elevan casi todos los proyectos en los que participan, y ponerlos juntos en pantalla es una garantía. Ambos, operando en su punto máximo, son capaces de tomar un thriller dramático de presupuesto medio, orientado a adultos, de casi tres horas de duración, y convertirlo en una película que recaudó 122 millones de dólares.
Este tipo de cosas no sucede tan a menudo ahora como sucedía en décadas pasadas, cuando una película como Se7en de David Fincher, aún más perturbadora y hecha con un presupuesto aún menor, podría convertirse en una sensación masiva. A pesar de que Prisioneros tiene poco más de una década, sigue siendo un ejemplo destacado de historia original, madura y temáticamente oscura que merece ser revisitada constantemente.