Para los espectadores, la franquicia completa de Harry Potter es un deleite visual lleno de momentos especiales. Desde La piedra filosofal hasta Las reliquias de la muerte - Parte 2, cada una de las entregas basada en las novelas de J.K. Rowling está repleta de escenas maravillosas que han hecho sentir al público como si ellos mismos fueran magos y brujas en la lucha del bien contra el mal.
Aunque las ocho entregas de Harry Potter son magníficas, detrás de cámaras ocurrieron algunos eventos que no fueron tan gratos para el elenco. Por ejemplo, Daniel Radcliffe tuvo una reacción alérgica al usar lentes de contacto para tener los ojos del color de Lily Potter, además de que tenía miedo de uno de sus compañeros en el set.
Al igual que Radcliffe, Emma Watson no tuvo al filmar una de las escenas más tiernas de todo Harry Potter. La secuencia tuvo lugar en Harry Potter y el Cáliz de Fuego y fue fundamental para mostrar la transición de Hermione Granger, quien estaba convirtiéndose en una joven bruja, teniendo su propio crecimiento personal.
Teen Vogue
Nadie podría imaginar que un momento tan memorable como el Baile de Navidad fue algo difícil para Emma Watson. Según contó la actriz en Harry Potter 20 Aniversario: Regreso a Hogwarts, filmar estas escenas le hicieron sentir "miserable y agobiada" por la expectativa que se tenía de ella al representar de forma impecable la metamorfosis de Hermione.
Screen Rant
"Creo que por primera vez, Harry y Ron, particularmente Ron, ven a Hermione como una mujer joven, no solo como la compañera que cada uno tiene", dijo Watson sobre el significado del momento en que Hermione bajaba de las escaleras con un hermoso vestido rosa. "Sabía que era algo importante y me sentía miserable... Sabía que era el momento en que el patito se convierte en cisne, quiero decir, de repente había toda esta presión", contó Watson sobre el gran peso que cargó en sus hombros al entender la importancia de esta transformación.
Slash Film
La incomodidad de Watson se vio agravada por la meticulosa dirección de Mike Newell, especialmente durante su grandiosa entrada por las escaleras. Las instrucciones del cineasta sobre cómo caminar, cómo comportarse y el ritmo al que debía descender fueron abrumadoras. Toda la presión culminó con Watson cayendo por las escaleras: Me dio un millón de instrucciones distintas sobre cómo bajar las escaleras y, por supuesto, me caí por las escaleras".
