Hablar de Luis Buñuel es hablar del rey del surrealismo en el cine. Nacido en Calanda, España, en el año 1900, Buñuel es considerado por muchos críticos, directores e historiadores como uno de los cineastas más grandes e influyentes de todos los tiempos. Nacionalizado mexicano, Luis llevó a cabo gran parte de su carrera en México y Francia, debido a sus convicciones políticas y a las dificultades impuestas por la censura franquista para filmar en su natal España.
Un perro andaluz, escrito, dirigido, producido y protagonizado por Luis Buñuel, bajo un guion coescrito con Salvador Dalí, es uno de los cortometrajes más simbólicos e icónicos del cine surrealista. La obra de apenas 21 minutos de duración es una que, hasta la fecha, se sigue manteniendo vigente por la naturaleza de sus imágenes. Pero más allá de esta producción, Buñuel también fue el autor de cintas imprescindibles en la historia del séptimo arte, como es el caso de Los olvidados, Viridiana o Tristana.
Sin embargo, dentro de la filmografía de este revolucionario realizador podemos encontrar también una película que llegó a incomodar a la comunidad católica de México, convirtiéndose en una obra sumamente controversial en su año de estreno, 1959. Nazarín se centra en la historia de un sacerdote en el México rural de los primeros años del siglo XX, siendo la encarnación de lo que los Evangelios dicen de la bondad humana y la misericordia.
No obstante, después de defender a una prostituta culpable de provocar un incendio, sus antes fieles seguidores lo persiguen junto con la justicia. En su huida, Nazario reconsidera su fe frente a estos nuevos sucesos. El filme estuvo basado en la novela homónima de Benito Pérez Galdós, teniendo como protagonistas a Francisco Rabal, Marga López, Rita Macedo e Ignacio López Tarso.
El México de los años 50s estaba conformado por una sociedad no sólo conservadora, sino también machista, además de que la religión era visto como lo más sagrado; de manera evidente, una historia como la de Nazarín iba a ser mal vista por la gente, catalogándola como inapropiada e incluso inmoral.
A pesar de la polémica que su estreno levantó entre la población, y del intento de censura que sufrió, Nazarín fue ganadora del Premio Internacional del Festival Internacional de Cine de Cannes de 1959, además de ser seleccionada como la entrada mexicana a la Mejor película en lengua extranjera en la 32ª ceremonia del Oscar (pese a no haber conseguido la nominación).
Asimismo, Nazarín ocupa el sexto lugar dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine nacional, publicada por la revista Somos en julio de 1994. Sin duda, se trata de un clásico absoluto que es completamente imperdible para cualquiera que se considere cinéfilo de corazón.