Hay directores que implantan una estética única a sus filmes y que resulta fácil para el espectador identificar al autor de la obra. Wes Anderson, con su ya clásica estética simétrica y uso de colores pastel es inconfundible, Quentin Tarantino con el uso de la ultraviolencia y tomas close-up es sencillo de identificar. Pero de entre los directores con una estética fácilmente identificable se encuentra sin lugar a dudas Tim Burton -famoso por cintas como Beetlejuice, El cadáver de la novia o El joven manos de tijera- y quien siempre ha utilizado una narrativa visual oscura y gótica con influencias del romanticismo.
En 2001, el renombrado director tomó las riendas de la nueva versión de El planeta de los simios, que fue un remake de la icónica película de ciencia ficción de 1968. Con su estilo visual distintivo y una narrativa intrigante, la película generó gran expectación y logró un éxito moderado en taquilla. Sin embargo, a pesar de las expectativas y del potencial para una continuación, Burton decidió no participar en la secuela del filme.
Burton, conocido por su enfoque único y a menudo oscuro, explicó que la producción de El planeta de los simios fue una experiencia agotadora y desafiante. Las limitaciones de tiempo y las presiones del estudio hicieron que el proceso fuera particularmente arduo. En entrevistas posteriores mencionó que se sentía "quemado" después de completar la película y no estaba interesado en repetir la experiencia bajo las mismas condiciones estresantes.
A pesar del impresionante trabajo del equipo de maquillaje y vestuario en el diseño de los simios, las gruesas prótesis trajeron numerosos problemas en el set. Estas pesadas máscaras limitaban la comunicación entre los actores, dificultando tanto el habla como la audición.
Además, bajo las máscaras los actores sufrieron picazón, sudoración intensa y un calor insoportable. Lisa Marie Presley describió la experiencia de llevar las máscaras como "estar bajo el agua", mientras que Tim Burton la comparó crudamente con "estar enterrado vivo". Los actores no solo enfrentaban dificultades para hablar debido a los dientes postizos, sino que también se vieron obligados a regrabar numerosos diálogos en postproducción, complicando aún más el proceso. Estas duras condiciones y la frustración resultante influyeron en la decisión de Burton de no continuar con la saga.
La película de 2001, protagonizada por Mark Wahlberg, Helena Bonham Carter y Tim Roth, presentó un final abierto que claramente insinuaba una continuación. A pesar de esto, la recepción crítica fue mixta, y muchos fans de la franquicia original no quedaron satisfechos con la nueva versión. Esto también pudo influir en la decisión de Burton de no continuar con la secuela, ya que la respuesta del público y los críticos no fue tan positiva como se esperaba.
Finalmente, la franquicia El planeta de los simios fue revivida años después con una nueva trilogía que comenzó en 2011 con El origen del planeta de los simios, dirigida por Rupert Wyatt. Esta nueva serie de películas -que incluyó El amanecer del planeta de los Simios y La guerra del planeta de los simios-, fue aclamada tanto por críticos como por audiencias, destacándose por su narrativa sólida y efectos visuales innovadores.
La decisión de Tim Burton de rechazar la secuela de El planeta de los simios permitió que la franquicia tomara un rumbo diferente y encontrara un nuevo éxito bajo una dirección distinta. Mientras Burton continuó explorando otros proyectos que resonaban más con su visión artística, la saga de los simios evolucionó y se adaptó a las expectativas contemporáneas, dejando un legado duradero en el cine de ciencia ficción.