Tratar de predecir el éxito que una película tendrá en el futuro puede ser algo sumamente complicado de hacer, pues no depende sólo del director encargado de liderar el proyecto o de la historia que el guionista haya preparado. Cuestiones como los gustos de la gente, las competencias directas en taquilla e incluso la situación sociopolítica de cada país son factores que terminan determinando si una película logra o no tener un buen desempeño durante su exhibición en cines.
En el año 2004 se preparaba la producción de una película que, sin que nadie lo supiera aún, se terminaría convirtiendo en una de las mejores del siglo XXI y en un parteaguas para la representación LGBTQ en el cine. Su guion estaba listo desde 1997, sin embargo, ningún estudio quería arriesgarse a un fracaso comercial. Fue ahí cuando apareció Ang Lee, quien se mostró interesado en llevar esta historia a la gran pantalla (y que hoy puedes disfrutar en Netflix y Disney+).
Antes de que el director taiwanés se uniera a Brokeback Mountain, Gus Van Sant se encontraba en conversaciones para dirigir la película. Según llegó a relatar, él quería que los nombres más importantes del momento desempeñaran los papeles principales. Se acercó a preguntarles a Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y Matt Damon si estarían interesados en trabajar en este filme; todos rechazaron la propuesta.
El tiempo siguió pasando y Van Sant eventualmente abandonó el proyecto para centrarse en la realización de Milk. Fue ahí cuando finalmente Ang Lee pudo entrar de lleno, seleccionando a Jake Gyllenhaal y Heath Ledger para interpretar los roles protagónicos. Posterior a ello, el resto fue historia. Secreto en la Montaña fue altamente aclamada por la crítica profesional, convirtiéndose en un clásico instantáneo.
La cinta terminó ganando el León de Oro por Mejor película en el Festival de Cine de Venecia, así como también se hizo acreedora de cuatro Globos de Oro. A su vez, Brokeback Mountain logró obtener ocho nominaciones del Oscar, saliendo triunfadora en las categorías de Mejor director, Mejor guion adaptado y Mejor música original. Todos daban por un hecho que se llevaría también el Oscar a Mejor película, pero de manera sorprendente e inesperada terminó perdiendo la categoría ante Crash.