300 es, por muchos fans, considerada como la mejor película dirigida por Zack Snyder. Si acaso Watchmen también podría estar dentro de esa misma contienda. Sirviendo como adaptación cinematográfica de la exitosa novela gráfica de Frank Miller, 300 nos narra la historia épica de la batalla de las Termópilas, que enfrentó al rey Leónidas y 300 soldados espartanos contra Jerjes y el inmenso ejército persa en el año 480.
El actor británico Gerard Butler fue el encargado de ponerse bajo la piel de Leónidas, adquiriendo un físico envidiable para poder personificar al valiente guerrero espartano. Butler venía de haber protagonizado El Fantasma de la Ópera, en 2004, por lo que verlo en un papel tan contrastante fue una muy grata sorpresa.
De manera evidente, un papel como el de Leónidas fue sinónimo de mucho compromiso personal para poder lograr el físico que el personaje requería, sin embargo, esto va mucho más allá de solo rutinas de ejercicio y dietas balanceadas.
En entrevista con The Hollywood Reporter en 2011, Alan Horn, quien es uno de los altos ejecutivos de Warner Bros. confesó que la única manera en la que iba a dejar a Zack Snyder tener a Gerard Butler como protagonista de 300 era si el actor hacía la promesa de dejar de fumar.
"Butler había hecho El Fantasma de la Ópera para nosotros. Le dije [a Snyder]: 'No lo veo para el papel'. Para mí él era el Fantasma. Unos días más tarde recibí una llamada telefónica de Gerard Butler. Me dijo: ‘¿Puedo ir a verte?’ Así que vino y en verdad es imponente físicamente. Sabía que fumaba por el rodaje de El Fantasma de la Ópera. Incluso le olí cigarrillos. Entonces dije: ‘Está bien, puedes conseguir el papel. Pero con una condición: que dejes de fumar’. Él respondió: ‘¿Hablas en serio?’ Respondí que sí. ‘Dame tu palabra y el papel es tuyo. Te doy mi palabra’”, compartió Alan sobre cómo fue la conversación que tuvo con Butler hace casi 20 años.
Como ya todos sabemos Gerard sí protagonizó 300, por lo que evidentemente cumplió su palabra y dejó de fumar, no obstante el actor llegó a confesar lo complicado que le resultó dejar ese vicio tan dañino: “Me tomó 40 intentos para detenerme. Me hipnotizaron 23 veces, me inyectaron pentotal de sodio en las venas, me electrolizaron los oídos y me aplicaron láser en las manos.” Al final, el papel de Leónidas le modificó su vida para bien. De manera literal, 300 le cambió la vida Gerard Butler.