Los thrillers más perversos y perturbadores son capaces de tocar las fibras más sensibles del espectador, llevándolo a explorar los rincones más oscuros de la mente humana. Desde Seven de David Fincher hasta Oldboy de Park Chan-wook, pasando por El cisne negro de Darren Aronofsky, estas películas incomodan y desafían nuestras percepciones, presentando historias que se quedan grabadas en la memoria mucho después de que los créditos han terminado.
Recientemente, Netflix ha añadido a su catálogo una película que, sin pertenecer estrictamente al género del terror, promete no dejarte dormir. Esta nueva adición se sumerge en un mundo de angustia psicológica y dilemas morales, retorciendo la realidad hasta el punto de la pesadilla. Con una narrativa intrincada y una atmósfera opresiva, esta obra maestra del thriller es la elección perfecta para aquellos que buscan una intensa experiencia cinematográfica.
Explora los rincones oscuros de la mente humana con este inquietante thriller
Animales nocturnos se centra en Susan Morrow (Amy Adams), la propietaria de una galería de arte contemporáneo en Los Ángeles que lleva una vida aparentemente perfecta. Sin embargo, la mujer está llena de un vacío emocional y una profunda insatisfacción debido a la falta de comunicación y conexión con su marido, Hutton Morrow (Armie Hammer).
La vida de Susan, marcada por la rutina y el desinterés, se ve interrumpida durante un fin de semana en que su esposo se ausenta por un viaje de negocios. Sintiéndose más sola que nunca, Susan recibe un paquete inesperado en su buzón. Para su sorpresa, se trata del borrador de una novela titulada "Nocturnal Animals", escrita por su exmarido, Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal), con quien no ha tenido contacto en varios años.
Curiosa y ansiosa, Susan comienza a leer la novela esa misma noche, en la quietud de su cama. La obra, dedicada a ella, resulta ser un relato violento y devastador, lleno de simbolismos y referencias a su propia vida. A medida que se sumerge en la historia, Susan se enfrenta a recuerdos dolorosos y verdades ocultas de su pasado con Edward, desatando una serie de emociones que había reprimido durante mucho tiempo.
Basada en la novela Tony and Susan de Austin Wright, el director Tom Ford utiliza estrategias de metaficción y un montaje hábil para tejer tres capas narrativas: el presente de Susan, el perturbador relato de la novela de Edward y los recuerdos del pasado que Susan compartió con él. Animales nocturnos es una obra visualmente elegante y cautivadora; Ford, con su trasfondo en el diseño de moda, contextualiza el vacío y la angustia de Susan dentro de un entorno arquitectónico refinado y altivo.
En contraste, la otra historia, que cuenta con las formidables actuaciones de Michael Shannon y Aaron Taylor-Johnson, se desarrolla en los áridos exteriores de Texas, un paisaje de pérdida, destrucción y muerte que amplifica la tensión y el dolor de la narrativa. Con esta película, Ford no solo entrega una experiencia cinematográfica impactante, sino que también ofrece una profunda reflexión sobre las consecuencias de nuestras elecciones y los fantasmas del pasado que nos persiguen.