La saga Crepúsculo cautivó a un público adolescente con su combinación de romance, fantasía y drama. Adaptada de las exitosas novelas de Stephenie Meyer, la saga, dirigida inicialmente por Catherine Hardwicke, logró captar la esencia del amor prohibido entre el vampiro de Robert Pattinson y la humana de Kristen Stewart.
Aunque existen numerosas historias de vampiros en el cine y la televisión, incluyendo Nosferatu y Castlevania, pocas logran capturar esa emotividad e ilusión con las que Crepúsculo sedujo a sus seguidores. Sin embargo, hay una miniserie de 132 minutos en Netflix que ofrece una sensibilidad particular que seguramente resonará con los seguidores de Bella y Edward.
La guerra entre humanos y vampiros que cautivará a los seguidores de ‘Crepúsculo’
Vampire in the Garden se sitúa en un mundo donde existen humanos y vampiros. Durante mucho tiempo, ambas especies convivieron en relativa paz. Sin embargo, ahora están en guerra y ambos bandos están dispuestos a llegar a extremos para asegurarse de que el otro sea aniquilado.
A pesar de la guerra, no todos creen que la violencia sea la mejor solución. Momo, una combatiente humana, y Fine, una reina vampira, desean dejar atrás la guerra y encontrar la paz entre humanos y vampiros. Cuando sus caminos se cruzan, rápidamente forman un vínculo y comienzan la búsqueda de una vida más pacífica, donde puedan estar juntas sin que la guerra las separe.
La serie, aunque corta, muestra mucho potencial. Los fondos detallados de Vampire in the Garden son razón suficiente para verla, con un nivel de detalle impresionante incluso en los escenarios nevados. El estudio incluyó numerosos detalles que mostraban cómo la música, o la falta de ella, pueden cambiar por completo una civilización.
Además, a lo largo de su viaje, Momo y Fine encuentran indicios de cómo diferentes comunidades manejaron y vieron la guerra, lo que añade una capa de profundidad a la narrativa. Sin embargo, a pesar de tener una premisa interesante y un gran estudio respaldándola (Wit Studio, conocido por Attack on Titan), la serie se queda corta con solo cinco episodios de 25 a 31 minutos cada uno.
Esto significa que hay mucha información comprimida en cada escena, haciendo que la historia resulte vaga y complicada. Sin embargo, la trama es muy bien manejada por los directores Ryôtarô Makihara y Hiroyuki Tanaka, específicamente al momento de narrar y representar el romance entre Momo y Fine, más allá de la historia detallada de la guerra o los misterios de las armas de los vampiros.
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